Gisaengchung (Parasite), la lucha de clases según Bong Joon-Ho

Cultura

Con Gisaengchung (Parasite), el director Bong Joon-Ho, figura emblemática del cine coreano, regresa a Corea del Sur tras dos largometrajes internacionales: Okja, en Competición en 2017, y Snowpiercer (Snowpiercer: Rompenieves, 2013). Esta nueva película, crítica de las desigualdades sociales, nos hace preguntarnos sobre la compleja coexistencia de las clases sociales.

Gisaengchung (Parasite), o lo que es lo mismo, «parásito». Un título irónico que plantea de inmediato el tema de esta «tragicomedia»: ¿Cómo coexistir cuando consideramos lo diferente como un «parásito», y cuando nuestras propias relaciones se convierten precisamente en eso? Para Bong Joon-Ho, presente en repetidas ocasiones en la Selección oficial y presidente del jurado de la Caméra d’or en 2011, esta «comedia sin payasos» o «tragedia sin villanos» es una mezcla de suspense, humor negro y sátira social: componentes típicos de la obra del director.

«Están todos invitados a esta tragicomedia cruel y despiadada».

Este drama hace una reflexión sobre las desigualdades entre dos clases sociales a través de la historia ficticia, pero realista, de dos clanes opuestos: la familia humilde de Ki-taek, cuyos cuatro miembros están en paro, y la familia acaudalada del Sr. Park, jefe de una empresa de informática. Cuando el hijo de la familia Ki-taek logra ser contratado (gracias a un diploma falso) por el matrimonio Park para dar clases de inglés a su hija, el contacto entre las dos familias va a desencadenar una serie de desventuras, de las que nadie conseguirá salir indemne…

Nueva invitación del cineasta a reflexionar acerca del mundo que nos rodea, Gisaengchung (Parasite) sigue la tendencia de las películas anteriores de Bong Joon-Ho (Salinui chueok (Crónica de un asesino en serie), 2003, o Madeo (Mother), 2009). No obstante, la obra supone un antes y un después en la carrera del director, que espera alcanzar «una nueva dimensión» y superar las expectativas de los espectadores.