Séptimo largometraje y primera participación en Competición para Ira Sachs, que filma el último capítulo de la singular Frankie, famosa actriz francesa cuyos días tocan a su fin. La cámara del cineasta estadounidense sigue a la familia de la intérprete, reunida en Sintra, ciudad de destino de la burguesía lisboeta, para unas vacaciones tan tristes como repletas de esperanza. Isabelle Huppert interpreta a Frankie en su primera película en Competición rodada en inglés desde 1981. Tres preguntas al director.
¿Cómo comenzó la aventura de Frankie?
Durante los últimos cinco años, he estado más cerca de la enfermedad y de la muerte que en cualquier otro momento de mi vida. Mi abuela falleció y también perdí a dos de mis amigas más queridas a causa del cáncer. Lo que me impactó fue comprobar hasta qué punto la experiencia fue diferente a la que había previsto. Hubo momentos muy tristes, por supuesto, pero también momentos muy divertidos y también muy banales. Es ese contraste lo que me pareció sorprendente y tan poderoso. A raíz de esas experiencias nació Frankie.
¿Qué nos puede decir de la elección de Isabelle Huppert?
Admiro a Isabelle desde que la descubrí en Loulou de Maurice Pialat (1980). Cuando la conocí, me pareció todavía más extraordinaria en persona que en las películas. Es más cálida y más ligera, y tan ágil intelectual y emocionalmente… Eso es lo que buscaba precisamente para Frankie. E Isabelle, como siempre, ha cumplido con creces, ofreciendo al personaje una nueva forma de intimidad.
¿Por qué eligió Sintra en Portugal?
Mi coguionista Mauricio Zacharias (este es el cuarto guion que coescribe con Ira Sachs), cuyos abuelos maternos eran portugueses, sugirió Sintra. Entonces recordé que había pasado unas vacaciones familiares allí en 1979, cuando tenía 14 años, la misma edad que Maya en la película. Hemos descubierto la belleza de este enclave pero también una serie de lugares que encajaban perfectamente con nuestra película.
