Falleció la primera actriz Mercedes Pascual Acuña, fundadora de la Compañía Nacional de Teatro

Cultura

Mercedes Pascual Acuña nacida en Madrid, España, el 25 de diciembre de 1930, falleció el día de ayer. La actriz fundadora de la Compañía Nacional de Teatro en 1977, participó en esta agrupación artística en distintos periodos hasta que en 2008, durante su reestructuración, fue distinguida como actriz de Número. Quien se destacara en danza, teatro, radio, cine y televisión, formó parte del elenco de cuatro montajes del repertorio de la CNTeatro, una de las cuales protagonizó, como homenaje a su importante trayectoria. Le sobrevive su hija, la también actriz Mercedes Olea.
En 2012, El Centro de Investigación Teatral Rodolfo Usigli (CITRU) del Instituto Nacional de Bellas Artes y Literatura (INBAL), le rindió homenaje a la actriz que donó a este centro de investigación su archivo integrado por 527 programas de mano, 17 libretos, 31 libros, 101 revistas, 7 cartas, 165 fotografías, 10 invitaciones y 483 notas de prensa.
A los nueve años de edad comenzó a asistir a clases de ballet, “Yo empecé en el arte por haber visto a unos grandes artistas del ballet en un barco que iba de Finlandia a no sé dónde. Los vi hacer su calentamiento y me fascinaron, me puse en un rinconcito a hacer los mismos pasos que ellos hacían y me dijeron: vente acá a la barra y hazlo con nosotros.
“Tenía como 8 años y medio, entonces este hombre que era Roland Petit, le dijo a mi mamá; ‘esta niña tiene cualidades grandes para danzar, se lo digo para que la ponga a tomar clases’.” Esto ocurrió cuando ella y su familia venían huyendo de la guerra civil española, por lo que llegaron a México a finales de los años treinta.
Mercedes Pascual contaba lo maravilloso que fue llegar a México, un país lleno de color, de frutas, de fiesta, un territorio sin guerras. Recordaba cuando su padre decía que los soldados en México se aburrían porque no había guerra. “Cuando había bombardeo en España nos ponían colchones arriba de la cama y nosotros abajo por si caía una bomba, cosas que para un niño son tenebrosas. Todavía cuando recién llegamos a México y oíamos las sirenas de la Cruz Roja, hacíamos el intento de irnos bajo la cama, era una reacción natural de niños que vivieron la tragedia de la guerra”.
A la edad de 12 años. Mercedes Pascual entró a clases de danza con un maestro ruso Zajarov, posteriormente con Nina Shestakova y Sergio Unger.
Participó en el Ballet Moderno de Bellas Artes y en el Ballet de Ópera de Bellas Artes. Fue bailarina solista en las compañías Nelsy D’Ambré, Ballet Concierto de México y el Ballet Folklórico de Amalia Hernández.
La actriz no dejó la danza profesional sino hasta los 25 años y aun así, siguió tomando clases de danza porque tuvo la certeza de que “se podían traducir muchas cosas a partir de la danza para el teatro”.
Posteriormente, a los 16 años, estudió actuación con el maestro Seki Sano: “Él daba clases arriba del cine Chapultepec y luego en los Estudios Churubusco. Seki todo el tiempo me decía: ‘deja la letra muerta qué haces con eso, cuando ya te sabes todos los pasos que hay en el baile, ya no puedes volar. La danza clásica te aprisiona, no tiene salida: lo que sí la tiene es el teatro, siempre puedes hacer papeles de más vieja y más vieja y más vieja’. Yo al principio pensaba: este hombre está loco ¡si la danza es tan hermosa! Después me di cuenta que la danza clásica no tiene la salida que podía tener el teatro”.
Debutó como actriz en la obra La soga en 1952. Al año siguiente se nacionalizó mexicana. Formó parte de los actores convocados por Celestino Gorostiza para la Compañía Nacional de Teatro del Instituto Nacional de Bellas Artes en 1953 -1954. En estos años también trabajó con el maestro Salvador Novo en el Teatro de la Capilla en las obras Lázaro de André Obey, Helena o la alegría de vivir de André Roussin, Paseo con el diablo de Guido Coutini y Mamá nos obedece de Víctor Ruiz Iriarte.
Recibió una beca otorgada por el gobierno francés para estudiar arte dramático en París, Francia, de 1960 a 1961 con la maestra Tania Balachova y mímica con el maestro Jacques Lecoq. Fue miembro fundador de la Universidad del Teatro de las Naciones creado en París en 1960.
Después de sus estudios en Francia, fue convocada por Benito Coquet, Ignacio Retes y José Solé para formar parte de la Compañía del Seguro Social de 1960 a 1964, en la que participó en las siguientes obras: Juego de reinas de Herman Gressieker, La Orestíada de Esquilo, Teseo de Salvador Novo, Las troyanas de Eurípides, Fuenteovejuna de Lope de Vega, La tempestad de William Shakespeare, Medea de Eurípides y El burgués gentilhombre de Molière.
“Es una alegría enorme ver que puedes convertirte en un personaje, decía. Y, además, como yo estudié, aprendí a actuar para no caer en una especie de regodeo en la tristeza cuando es ése el estado de ánimo del personaje, sino que, al terminar la obra, tú haces un clic y ya eres tú. Si tienes la necesidad de crear, puedes hacer todo lo que quieras en el teatro, te puedes transformar en cualquier personaje por chiquito que sea”.
La actriz recibió una beca otorgada por el Instituto Nacional de Bellas Artes para un postgrado en arte dramático en Londres, Inglaterra, en la Royal Central School of Speech and Drama con Peter Hall y Liziz Picks en 1970. Esta beca fue posible gracias al apoyo de Héctor Azar y del arquitecto Luis Ortiz Macedo, director del INBA en esa época.
Posteriormente Héctor Azar la llamó para integrar la Compañía Nacional de Teatro del Instituto Nacional de Bellas Artes en 1972 y 1973, donde participó en la obra El cerco de Numancia de Miguel de Cervantes. Así mismo, participó en obras como Miércoles de ceniza, Las criadas y El vestidor. Fue reconocida en diversas ocasiones por la Asociación Mexicana de Críticos de Teatro.
Desde 2008 formó parte del elenco estable de la Compañía Nacional de Teatro y participó en cuatro puestas en escena: Ser es ser visto en el personaje de la mujer inmigrante; El trueno dorado, en la que interpretó los personajes de Eulalia, La Duquesa de Fitero y Petra, una vecina y Conversaciones, montaje con el que la Compañía Nacional de Teatro rindió reconocimiento a su trayectoria y en la que participó sobre el escenario al lado del actor Roberto Soto, bajo la dirección de Martín Acosta durante una temporada muy exitosa en el Teatro Orientación del Centro Cultural del Bosque.
En esa ocasión en 2012, la actriz interpretó el papel de una madre de corazón joven que comienza a vivir los primeros síntomas del Alzheimer y que se enfrenta al posible desalojo, del departamento que habita, por parte de su hijo. La obra fue muy bien recibida por la crítica con elogios para la dirección de Martín Acosta, pero sobre todo para la actriz Mercedes Pascual, con frases que calificaron su actuación como: “soberbia, con una gracia natural impresionante” y la consideran “baluarte del quehacer escénico nacional”.
“El teatro es tan maravilloso, te entra un amor, un cariño por el otro actor, porque en el teatro, aunque no te veas muy seguido con tus compañeros, amas a los actores con los que has trabajado”, afirmó la actriz.
El Centro Nacional de Investigación, Documentación e Información Teatral Rodolfo Usigli (CITRU) del INBAL le hizo un homenaje el miércoles 7 de septiembre de 2016 en el vestíbulo del Teatro de las Artes del Cenart, donde personalidades como el primer actor Ignacio López Tarso, el escenógrafo David Antón, el director José Luis Ibáñez, mediante una carta a la que se le dio lectura y Roberto D’Amico dieron testimonio ante el público asistente de fragmentos de su vida profesional al lado de la actriz.
El CITRU recibió el archivo de Mercedes Pascual que está integrado por 527 programas de mano, 17 libretos, 31 libros, 101 revistas, 7 cartas, 165 fotografías, 10 invitaciones y 483 notas de prensa, legado de la primera actriz que representa una importante contribución al patrimonio de México y un acercamiento a su vida y obra, material que este centro de investigación tiene a disposición del público desde septiembre de 2016 fecha en la que se realizó el homenaje exposición en el vestíbulo del Teatro de las Artes del Cenart.
En cine fue galardonada por su actuación en la cinta Novia que te vea, con la Estrella de Plata. La cinta ubicada en la época de los años setenta, fue una de las primeras en plantear un tema que nunca antes se había abordado en la cinematografía nacional: los problemas que enfrentan los judíos que se integran a una sociedad tan plural como la mexicana.
A lo largo de su extensa carrera como actriz, participó en 18 películas como Persíguelas y alcánzalas, El retrato de Anabella, Jóvenes delincuentes, Ángel de fuego y Cilantro y perejil, por mencionar sólo algunas.
En televisión actuó en 25 telenovelas, entre las que destacaron Mi esposa se divorcia, Maximiliano y Carlota, El manantial del milagro, Viviana, Cuna de lobos, Teresa, Muchachitas, Retrato de familia, La antorcha encendida, Emperatriz y El candidato. También participó en cinco series televisivas. Se le recuerda en La Hora Marcada, Historias de ellos para ellas y Cambio de vida.
La última ocasión que Mercedes Pascual participó en una actividad pública fue el pasado 13 de julio en el Aula Magna del Cenart, donde formó parte del homenaje que el CITRU organizó a su entrañable amiga y actriz Adriana Roel, con motivo de sus 60 años de actividad artística profesional. Durante el homenaje, Mercedes Pascual ponderó la amistad, el aprendizaje y la felicidad que compartió con su amiga y compañera de profesión y de vida.