Estudiantes del Cico exponen un mundo de posibilidades en la creación dancística

Cultura

El día de ayer, miércoles 6 de febrero, estudiantes del Centro de Investigación Coreográfica (Cico) del Instituto Nacional de Bellas Artes y Literatura presentaron múltiples propuestas coreográficas donde plasmaron los conocimientos que han adquirido durante su formación.
Las presentaciones iniciaron desde el pasado martes 5 de febrero y continuarán hasta el viernes 8 en el Teatro de la Danza Guillermina Bravo, con dos funciones más, hoy y mañana, a las 13:30. Estas propuestas forman parte de las prácticas escénicas realizadas por estudiantes de diversos semestres de la Carrera de Técnico Superior Universitario en Investigación y Creación Coreográfica del Cico.
Se trata de una muestra en la que ponen en práctica los conocimientos y herramientas adquiridas en las aulas, los cuales exponen mediante una serie de ejercicios coreográficos que reflejan nuevas posibilidades de relacionarse con el movimiento y su contexto.
Las piezas de la jornada de ayer fueron La espera, acción de Luis Andrés Villegas Esparza, con asesoría de Ana González; Yugen, coreografía de Melisa Montalvo, con asesoría de la maestra Bertha Loeza; Ser invisible de Elvira Aguilar Navarrete, con la participación de Taniel Morales, Ana González y Julio Cándara como asesores, y Dos espíritus, un cuarenta y uno, de Rodrigo González y asesoría de Marina Acevero. El diseño de iluminación general corresponde a Brenda Itzel Gutiérrez y Eloísa Núñez.
A través de dichas obras, los estudiantes mostraron diversas formas de incursionar en la creación coreográfica mediante la experimentación, la investigación del movimiento, el lenguaje del cuerpo y el uso de la técnica, sin dejar de lado el trabajo coordinado que efectuaron en el manejo de la música, la iluminación y la escenografía.
La alumna Melisa Salas Lugo dijo que las prácticas escénicas le permiten pisar un escenario dentro de un proceso distinto, resultado de las enseñanzas del Cico. “Es algo realmente increíble que nos permite mostrar lo que hacemos, es una acción ‘performática’ que nos cambia por completo porque el escenario te marca, construye y transforma”.
Por su parte, Melisa Montalvo señaló que su obra Yugen forma parte de lo aprendido en el Cico. “Tengo una formación como bailarina y dentro de mi obra quise salirme de esa rama y trabajar en otro entorno. Ha sido un semestre bastante pesado y agradezco a mis intérpretes por todo lo que aportaron. En México se encierran mucho en una sola manera de hacer las cosas, pero cada uno se hace de su método y lo que le funcione”.
Finalmente, Rodrigo González aseguró que las prácticas escénicas y el Cico han sido muy importantes en su educación artística. “El Cico ofrece muchas enseñanzas a nivel corporal, las cuales son muy amables, ya que nos permiten conocer nuestro cuerpo a partir de emociones y sensaciones, y cómo indagar dentro de la danza para sacar el movimiento y poder expresar al espectador lo que se desee”.
La Carrera de Técnico Superior Universitario en Investigación y Creación Dancística que ofrece el Cico tiene una duración de seis semestres y está dirigida a artistas, investigadores e interesados en incursionar en la creación coreográfica a través de la experimentación e investigación del movimiento. La misión es formar seres humanos integrales con sólidas bases para el desarrollo de la creación coreográfica.