Estudiante de la UAM gana tercer lugar del Premio Sartorius

Cultura

Una investigación sobre el efecto de la luz LED roja en la producción de pigmentos por cianobacterias –microorganismos fotosintéticos que contienen una dosis importante de C-Ficocianina (C–FC), de naturaleza proteíca con propiedades bioactivas y alto valor comercial– a cargo de Ingrid Hernández Martínez, estudiante del Posgrado en Ciencias Naturales e Ingeniería de la Unidad Cuajimalpa de la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM), ganó el tercer lugar del Premio Sartorius.

El galardón reconoce los mejores trabajos libres en cartel presentados durante el XVIII Congreso Nacional de Biotecnología y Bioingeniería, León, Guanajuato 2019.

El cultivo de Spirulina requiere de grandes cantidades de sales para crecer, por lo que uno de los propósitos del trabajo de la egresada de la licenciatura en Ingeniería Biológica fue no sólo explorar una nueva especie de cianobacteria con capacidad para producir este pigmento, sino también identificar el efecto de factores ambientales como la longitud de onda de luz utilizada en el cultivo, que permitan aumentar la producción de la C-FC.

La investigación –asesorada por las doctoras Izlia Arroyo Maya y Marcia Morales Ibarria– evaluó los efectos de la luz roja en la acumulación de C-FC en Desertifilum tharense cepa churince y encontró que ésta produce una mayor cantidad del pigmento con esta luz que con luz blanca, lo que eventualmente servirá para generar con más eficacia y en grandes cantidades el pigmento de uso como medicamento o alimento.

En entrevista, Hernández Martínez detalló que en estudios previos se ha encontrado que el pigmento tiene propiedades antioxidantes y anticancerígenas, por lo que en el proyecto se pretende identificar las mejores estrategias de producción de este pigmento de valor agregado para que eventualmente pueda ser más accesible su consumo en la población común.

Actualmente –agregó– se utiliza como colorante en yogurt o helado, además se considera como un potente agente terapéutico que puede proteger de algunas enfermedades y promover una buena salud.

Al tener un amplio rango de aplicaciones en alimentos como colorante natural, “mi idea es encontrar una forma de producir más a menor costo”, lo cual describe en el trabajo Efecto de la luz LED roja en la producción de biomasa y C-ficocianina en la cianobacteria Desertifilum tharense cepa churince.

Para obtener el pigmento, la alumna de posgrado cultivó la cepa en dos fotobiorreactores: el primero con luz blanca y el segundo con luz roja; el cultivo tardó una semana en tener una concentración ideal y una vez que la microalga llegó a su crecimiento máximo se detuvo el proceso de cultivo para determinar la concentración de la biomasa –a través de la técnica de peso seco– y, posteriormente, ésta se sometió a un proceso de extracción del pigmento.

Así se determinó que la cepa bajo la luz roja generó mayor cantidad de biomasa, lo que significa más pigmento azul; este resultado trasladado a la industria farmacéutica o alimentaria implica un avance en la producción de un compuesto de alto valor comercial.

“Durante todo el proceso el pigmento está en estado líquido y para conservarlo más tiempo se deshidrata mediante un proceso de liofilización con el que puede mantener sus propiedades hasta seis meses y debido a que es fotosensible y termosensible se preserva en oscuridad y a bajas temperaturas”, refirió la estudiante de la Unidad Cuajimalpa, cuyo trabajo fue seleccionado de entre 550 posters.

Si bien la investigación aún se encuentra en etapa experimental, hay posibilidades de llevar los resultados positivos a la elaboración de algún medicamento o alimento funcional específico para el consumo de la gente, lo que beneficiaría mucho en el sector salud por las propiedades antioxidantes del pigmento.

La obtención de un producto de alto valor comercial a partir de un sistema biológico atrajo a la egresada de la Licenciatura en Ingeniería Biológica, cuyo interés no es sólo el estudio de estos microorganismos fotosintéticos, sino llevar ese conocimiento teórico a un beneficio para la sociedad.

Con apenas 11 años, esta licenciatura de la UAM abrió un abanico de posibilidades en los campos investigativo y laboral desde las industrias alimenticia y farmacéutica, hasta la ambiental y la producción de biocombustibles.