Encuentro con Mélanie Laurent, miembro del jurado de los largometrajes

Cultura

Enfoca sus roles con intuición, memoriza los diálogos, espera hasta el último segundo y se deja llevar al oír la palabra «Acción». La actriz, guionista y directora Mélanie Laurent suma un logro más a su impresionante carrera: jurado del Festival. Encuentro.

Usted es parte del jurado de esta edición desde hace casi una semana, ¿qué tipo de presidente es Spike Lee

Spike Lee es muy riguroso, y siente un gran respeto por las mujeres. Hay mucho respeto por las mujeres en este Jurado, hablamos siempre en primer lugar y con verdaderos tiempos de intervención. Nos vemos con regularidad, para evitar hablar de las 24 películas a última hora.

Y usted, ¿con qué mirada asume su papel de miembro del Jurado? ¿De actriz, de guionista o de directora?

De todos modos la mirada está un poco distorsionada. Hay actrices que me conmueven más porque siento que su actuación es imposible de lograr, y algunos movimientos de la cámara me intrigan más que otros… Pero en general creo que logro ver las películas como espectadora y las aprecio globalmente. Intento acogerlas sin analizarlas demasiado.

«Quiero ir hacia algo sumamente intuitivo: Me gusta ,no me gusta, siento algo, o no … »

También hay necesariamente una dimensión política, algunas películas pueden conmovernos por su mensaje, y hacer que nos preguntemos si ese mensaje puede aportar algo al mundo; en ese caso, dejamos de lado lo que hemos podido sentir para destacar el mensaje. A veces el fondo prima sobre la forma.

¿Qué ha aprendido durante las discusiones del Jurado?

He aprendido que es difícil cuando nos gusta una película que nos ha conmovido profundamente, que nos afligimos cuando alguien piensa lo contrario. Es difícil no dejarse impresionar por estos grandes cinéfilos, y encontrar las palabras justas para expresar lo que sentimos… Es muy fácil sentirse presionada, aunque todos nos entendemos muy bien.

La lucha por el medio ambiente es prioritaria para usted: en concreto, ¿cómo describiría el impacto de un documental como Mañana (Tomorrow) (2015)?

Lo pudimos ver inmediatamente porque grabamos mucho en Francia, realizamos encuentros públicos. Nos alegró mucho constatar el deseo de la gente de realizar encuentros locales, ayudarse mutuamente, y hacerlo con alegría, porque el documental es bastante positivo. Llegado el momento de las preguntas, Cyril Dion y yo  nos dimos cuenta de que en realidad eran pocas. La gente tomaba la palabra y nos decía, «Gracias por la película, está genial. A parte de eso…». Y enseguida lanzaban un mensaje al público: « Vivo en la calle tal, tengo un jardín comunitario, ¿alguien quiere participar?».

¿Cuál es el personaje que no ha interpretado nunca? 

Nunca he hecho un personaje de mujer política, de una mujer que lucha por cambiar las cosas. Esas escenas grandiosas de discursos: creo que debe ser muy impresionante pero también muy agradable de interpretar.

Su carrera es verdaderamente impresionante, ¿con qué director le gustaría trabajar?

Mujeres. He trabajado con pocas mujeres. Nunca he filmado con Céline Sciamma, Rebecca Zlotowski, Justine Triet, Emmanuelle Bercot… Creo que en Francia hay un cine femenino muy fuerte, un cine que me conmueve y que existe desde hace tiempo, que no acaba de comenzar porque hay un debate en el mundo. Ya existía, con un nivel de exigencia muy alto. Se trata de mujeres que escriben hermosas historias y que saben filmar bien a las personas, no solo a las mujeres.

¿Qué nos puede decir de su próximo proyecto? 

Todavía no sé exactamente qué formato voy a utilizar, si un largometraje en dos partes o una miniserie, pero se trata de la historia de la pionera feminista de la cirugía estética, Suzanne Noël, y además la voy a interpretar yo misma. Esta mujer arreglaba a los mutilados de la Primera Guerra Mundial, transformó los rostros de algunos judíos perseguidos por la Gestapo durante la Segunda Guerra Mundial, había encontrado la forma de borrar los tatuajes de las víctimas de los campos de concentración. Creó un verdadero club feminista, reclutando a mujeres poderosas en todos los países. Su deseo era dar la palabra a todas las mujeres, pues se dio cuenta de que los hombres del mundo se reunían entre ellos para tomar las decisiones. Fue una de las primeras que se negó a pagar impuestos. Decía que no pagaría impuestos ya que el Estado no reconocía su labor. Cambió la vida de muchas personas.