En la UNAM no cabe la violencia

Nacional

Hoy, hace exactamente un año, alumnos y alumnas del Colegio de Ciencias y Humanidades, plantel Azcapotzalco, que se manifestaban pacíficamente en la explanada de Ciudad Universitaria, fueron agredidos brutalmente por un grupo delincuencial, provocando heridas a algunos de nuestros universitarios, que tuvieron que ser hospitalizados.

El asalto de los vándalos mereció el repudio inmediato de la comunidad universitaria. Alumnos, académicos, autoridades y trabajadores manifestamos nuestra total indignación, enojo y nuestro enérgico rechazo a la cobarde agresión.

La Universidad Nacional brindó entonces el acompañamiento en las instancias hospitalarias tanto a los alumnos lesionados, como a sus familias; presentó las denuncias penales correspondientes y otorgó asesoría jurídica para que los universitarios directamente afectados, que así lo desearan, pudieran proceder conforme a derecho.

Asimismo, la Universidad fincó procedimiento disciplinario a más de 40 de los agresores, quienes fueron sancionados con expulsión, en tanto que –en colaboración con la Procuraduría General de Justicia de la Ciudad de México—se procesó penalmente a más de 30 responsables, obteniéndose la reparación del daño en favor de las víctimas.

Esta casa de estudios intensificó también una serie de acciones con el objetivo de fortalecer las medidas para salvaguardar la integridad de su comunidad y ha implementado estrategias adicionales de prevención, atención de riesgos, movilidad, seguridad y protección civil. Entre ellas, se cuentan el Programa de Senderos seguros, la prevención de incidentes e ilícitos tanto al interior como en la periferia de los planteles y el reforzamiento de las operaciones del transporte seguro.

Se ha fortalecido, igualmente, la colaboración con autoridades de gobierno Federal, de Ciudad de México, Estado de México, Tlaxcala y Morelos, a nivel estatal y municipal, con quienes se sostuvieron más de 200 reuniones de coordinación, a fin de impulsar mejores espacios y condiciones de seguridad.

Provocaciones como la del año pasado, concebida por alguna mente criminal y ejecutada por vándalos, son inadmisibles en nuestro país y más aún en una institución educativa. Los universitarios conviven en un ambiente de paz y tranquilidad, propicio para la reflexión y el adecuado desarrollo de las tareas académicas. En la Universidad de la Nación no cabe ni aceptamos la violencia.