En el Estado de México convergen distintas miradas sobre la conservación del patrimonio cultural

Cultura

Resultado del trabajo en conjunto realizado por la sección de conservación y restauración del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH), en su representación en el Estado de México, en torno a la labor con las comunidades, el reconocimiento de los oficios en la restauración, así como la participación activa de profesionales en dichos rubros, el Foro Miradas y Experiencias en la conservación del patrimonio cultural. Comunidades, oficios y profesiones, destacó este quehacer enfocado a los bienes muebles y muebles por destino.

Celebrada en el Museo Virreinal de Zinacantepec, en San Miguel Zinacantepec, Estado de México, esta reunión aborda, desde distintas aristas, los escenarios a los que se enfrentan los bienes muebles y bienes asociados al inmueble, en constante uso y resignificación por parte de las comunidades portadoras.

Así lo manifestó el arqueólogo Antonio Huitrón Santoyo, director de Centro INAH Estado de México, quien expuso que la gran diversidad de bienes muebles con los que cuenta el Estado de México, más 250 mil piezas, reflejan el estilo de vida y forma de pensar de las personas de los siglos que nos antecedieron, y que fueron elaborados por artesanos que desarrollaron un oficio en esa época, y que aún existen.

“Escultores, pintores, doradores, encuadernadores, ebanistas, canteros, vitralistas, entre otros, que han tenido el aprendizaje derivado de la herencia del conocimiento, del uso de los materiales, de las recetas y proporciones. Sin embargo, en los últimos años nos enfrentamos a la perdida de algunos de ellos”, indicó.

Por otro lado, comentó Huitrón, los conservadores-restauradores titulados y formados en instituciones educativas, cuyos conocimientos y competencias garantizan la preservación del patrimonio, requieren de la vinculación con otros profesionales de perfil técnico o científico, y de artesanos con experiencia para, en conjunto, construir un trabajo de conservación desde las diferentes miradas.

Reconoció a las comunidades, cuya importancia es fundamental en la conservación de los bienes, pues ellos son quienes los cuidan y protegen, además de apoyar en casos como el sismo del 19 de septiembre de 2017, que en el territorio mexiquense generó daños en 691 bienes muebles y muebles asociados.

“Este foro que reúne especialistas, artesanos, autoridades civiles y eclesiásticas, busca generar un intercambio de experiencias y conocimientos en la conservación de este tipo de patrimonio, procurando en todo momento dar cumplimiento a las tareas sustantivas del INAH, pero también a la importancia de la participación, del compromiso de la sociedad, que es la portadora de todos estos bienes, considerados patrimonio cultural”, puntualizó.

Con la presencia de Alfonso Sandoval Álvarez, director de Patrimonio Cultural del gobierno estatal, y de Andrea Zelaya Freyman, directora del Museo Virreinal de Zinacantepec, Octavio Mena Macedo, subdirector de Acerco Cultural, de la Secretaria de Cultura estatal, en representación de Ivette Tinoco García, directora general de Patrimonio y Servicios Culturales de esa dependencia, aseguró que un importante reto de esta la labor de restauración es la necesidad del estudio y preparación para afrontar la tarea de tratar algún bien patrimonial, ya que todos y cada uno de estos bienes cuentan con características y necesidades propias que vuelve su conservación una labor única, que requiere de una aproximación especifica.

“Felicito al INAH por sus 80 años de labor en la salvaguardia de la identidad, el patrimonio y la memoria histórica de México, ocho décadas de trabajo continuo y tradición institucional y académica, que permiten conocer, apreciar, conservar y disfrutar el vasto y diverso patrimonio cultural del que somos herederos; se suma también la celebración por los 40 años de la representación estatal del instituto en el Estado de México”, dijo.

Por su parte, María del Carmen Castro Barrera, coordinadora nacional de Conservación del Patrimonio Cultural (CNCPC) del INAH, dictó la conferencia magistral Las experiencias del modelo mexicano en restauración, en la que resumió la restauración en México desde los años sesenta a la fecha, dando una idea clara de cómo ha crecido el INAH en este rubro.

Explicó que, desde la formación del Instituto, en 1939, ya se tenía la idea de la necesidad de contar con especialistas en la conservación de lo que era ya el patrimonio cultural reconocido; que tenía que haber restauradores de bienes muebles e inmuebles, quizás no con las precisiones que ahora se divide a este legado cultural.

Relató que en 1961 surgió el Departamento de Conservación de Murales en el Ex Convento de Culhuacán, en la época en que los europeos voltean a ver a México como la posible sede de un centro de conservación y restauración; Perú también era un candidato. La visita de Paul Coremans, que era parte de la Unesco y del Centro Internacional de Estudios para la Conservación y la Restauración de los Bienes Culturales (ICCROM, por sus siglas en inglés), acompañado de Manuel del Castillo Negrete, al descubrimiento de Bonampak, en Chiapas, fue importante para esta decisión.

Continuó detallando que, en 1966, el Departamento de Catálogo y Restauración del Patrimonio Artístico se convierte en el de Restauración del Patrimonio Cultural. Ese mismo año, se instaló en el Ex Convento de Churubusco, el Centro Regional para la Conservación y Restauración de Bienes Culturales, que adquirió la dimensionan latinoamericana gracias al apoyo de la Unesco y fundó cátedras para capacitar restauradores. Un año después, se inauguró el Centro Regional Latinoamericano de Estudios para la Conservación y Restauración de Bienes Culturales México-Unesco.

Relató que en 1972 el gobierno mexicano promulgó la Ley Federal sobre Monumentos y Zonas Arqueológicos, Artísticos e Históricos, que ha sido fundamental para la protección del patrimonio cultural. Ya en 1980, nace la Dirección de Restauración del Patrimonio Cultural y comienza la profesionalización real de los restauradores.

Resaltó que la Dirección de Restauración del Patrimonio Cultural, en 1993, se convirtió en la Coordinación Nacional de Restauración del Patrimonio Cultural (CNRPC), donde se inicia la regularización de la forma de admisión de los restauradores, los cuales pueden ser evaluados y promovidos; ya en el 2000 se transforma en la actual Coordinación Nacional de Conservación del Patrimonio Cultural (CNCPC).

En la primera mesa, titulada La importancia de conservar el patrimonio mueble desde distintos enfoques, el escultor y pintor Gerardo Alcántara Hernández compartió su experiencia como restaurador autodidacta en diversos municipios mexiquenses, donde lo mismo ha atendido una escultura que un altar, así como su labor en diversas parroquias de Los Ángeles, California, donde ha restaurado imágenes y retablos.

Por su parte, María de la Luz González Uribe, titular del Departamento de Conservación y Restauración de Bienes Muebles de la Universidad Autónoma del Estado de México, habló sobre su experiencia en la conformación del Taller de Restauración de Arte de dicha institución educativa. Mientras que el presbítero José Ernesto Martínez, de la Diócesis de Atlacomulco, ahondó en la labor que la grey católica realiza para preservar estos objetos culturales que también son de culto.

Finalmente, Arturo Alanís Noriega, del Centro INAH Estado de México destacó la importancia de que cada bien mueble cuente con una ficha técnica para su catalogación y conservación.