En el Día Internacional de la Niña, la CIDH insta a los Estados a fortalecer la protección de niñas y adolescentes durante la pandemia

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WASHINGTON, D.C.- En ocasión del Día Internacional de la Niña, celebrado el 11 de octubre, la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) hace un llamado a los Estados Miembros de la OEA para fortalecer la protección de niñas y adolescentes, particularmente durante la pandemia de COVID-19. La Comisión insta a los Estados a adoptar medidas que tengan en cuenta la perspectiva de género y prevengan todas las formas de violencia que se ven agravadas por el contexto de emergencia sanitaria.

Desde el inicio de la pandemia COVID-19, la Comisión ha recibido con preocupación informes sobre el aumento de la violencia contra mujeres y niñas, principalmente en el ámbito familiar, quienes están en situación de particular vulnerabilidad durante la emergencia de salud y por las políticas de aislamiento social que a menudo significa aislamiento con sus agresores. Las niñas y adolescentes, cuya población en 2020 se estima en casi 107 millones, se ven particularmente afectadas por su edad y su condición de personas en proceso de desarrollo.

El reciente informe de Naciones Unidas sobre el impacto de la pandemia en América Latina y el Caribe indicó que la violencia intrafamiliar, el feminicidio y otras formas de violencia sexual y de género aumentaron durante las medidas de aislamiento y cuarentena obligatorias. Un análisis elaborado por el Fondo de Población de las Naciones Unidas (UNFPA) estima que la pandemia podría dar lugar a millones de nuevos casos de violencia, matrimonios infantiles y embarazos de adolescentes.

Incluso sin contar los efectos de la pandemia, América Latina y el Caribe es una región que ya padece de estos problemas que ahora se agravan. El informe Estado de la población mundial 2020 publicado por UNFPA indica que una de cada cuatro niñas de la región se casa o establece una unión informal antes de cumplir los 18 años. Más del 60 por ciento de estas niñas pertenecen al grupo de población con menos recursos y, por tanto, están más expuestas a sufrir violencia de género y tener hijos a una edad más temprana. Al respecto, a la Comisión le preocupa particularmente que la tasa de fecundidad de las adolescentes de la región sea la segunda más alta del mundo, alrededor del 12%.

Por otro lado, la CIDH también observa que la pandemia ha profundizado la pobreza y la desigualdad que afecta de manera desproporcionada a niñas y adolescentes. Los datos del Programa Mundial de Alimentos indican que el número de personas afectadas por la inseguridad alimentaria aguda en la región puede aumentar de 5 millones a 16 millones en 2020 como resultado de la pandemia. En materia de desigualdad, a la Comisión le preocupa que las mujeres y niñas dedican tres veces más tiempo que los hombres a realizar las actividades domésticas y de cuidado, las cuales se han visto incrementadas por el aislamiento social y la necesidad de brindar atención a la niñez durante las clases en línea.

En este contexto, la CIDH reitera que las niñas y adolescentes representan un grupo de población que se ve impactado de manera desproporcionada por la emergencia sanitaria y que debe contar con una protección especial del Estado para garantizar sus derechos. Como se menciona en el informe temático Violencia y discriminación contra mujeres, niñas y adolescentes, esta protección especial se justifica con base en diferencias respecto a los adultos, en cuanto a las posibilidades y desafíos para el ejercicio efectivo y plena vigencia, defensa y exigibilidad de sus derechos. Por tanto, los Estados asumen una posición reforzada de garante, lo que implica el deber de adoptar medidas y políticas para prevenir todas las formas de violencia y discriminación.

En particular, la Comisión enfatiza que todas las medidas de enfrentamiento de la pandemia deben considerar la perspectiva intergeneracional y de género, destacando la posición de desigualdad y subordinación estructural a la que están sometidas las mujeres, niñas y adolescentes por razón de su género. La superposición de diversas formas de violencia y discriminación también deben ser tomadas en cuenta por los Estados, los cuales deben identificar contextos particulares de vulnerabilidad a los que son sometidas las niñas y adolescentes debido a su edad, origen étnico-racial, su origen u orientación sexual, por ejemplo.

Por su parte, la Comisionada Esmeralda Arosemena de Troitiño, Relatora para los Derechos de Niñas, Niños y Adolescentes de la CIDH, resalta “es fundamental que los Estados avancen en sus esfuerzos para garantizar la participación de niñas y adolescentes en la defensa de sus derechos y la superación de los estereotipos de género”. Asimismo, destacó la importancia de la educación en derechos sexuales y reproductivos, para enfrentar el flagelo del embarazo precoz, la maternidad forzada y la violencia sexual.

Así, la CIDH reitera las recomendaciones formuladas a los Estados en su Resolución No. 01/20 Pandemia y Derechos Humanos para fortalecer la protección de las niñas y adolescentes durante la pandemia COVID-19, considerando las particularidades a las que están sometidos por su género y su condición de personas en etapa de desarrollo. La Comisión también destaca la importancia de la participación de las niñas en la construcción de políticas de respuesta y prevención, en cumplimiento de su derecho consagrado en el artículo 12 de la Convención sobre los Derechos del Niño. En situaciones de emergencia como la que atraviesa el mundo, es fundamental que los Estados brinden información accesible a las niñas, niños y adolescentes y permitan su participación en el proceso de toma de decisiones que les impactará directa o indirectamente.

La CIDH es un órgano principal y autónomo de la Organización de los Estados Americanos (OEA), cuyo mandato surge de la Carta de la OEA y de la Convención Americana sobre Derechos Humanos. La Comisión Interamericana tiene el mandato de promover la observancia y la defensa de los derechos humanos en la región y actúa como órgano consultivo de la OEA en la materia. La CIDH está integrada por siete miembros independientes que son elegidos por la Asamblea General de la OEA a título personal, y no representan sus países de origen o residencia.