El transporte público, eje de la propuesta de movilidad del gobierno capitalino

Cultura

La propuesta de movilidad del gobierno de Claudia Sheinbaum es muy atinada, porque vuelve a colocar el énfasis, después de seis años, en el transporte público, declaró el doctor Bernardo Navarro Benítez, investigador del Departamento de Teoría y Análisis de la Unidad Xochimilco de la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM).

En el área metropolitana se realizan alrededor de 30 millones de viajes y circulan alrededor de cinco y medio millones de vehículos cada día, constituyendo “uno de los fenómenos más complejos del planeta”, ya que todos esos traslados se soportan en el transporte colectivo, incluidos ciclotaxis, autobuses suburbanos, metrobús, microbuses y Metro, que es uno de los más avanzados del mundo.

En ese contexto, el planteamiento del gobierno local resulta muy importante, porque sin el transporte colectivo en una urbe tan extensa como la Ciudad de México, por la que transita población proveniente de Tecámac o Ecatepec –en el Estado de México– hacia los lugares de empleo sería imposible el desplazamiento.

El Coordinador del Observatorio de Transporte y Movilidad Metropolitana de esta casa de estudios destacó que lo innovador del programa recién presentado es que vincula las bicicletas al sistema de transporte, lo cual implicará que se dispondrá de biciestacionamientos y se facilitará subir con ellas en determinados días a algunos servicios colectivos; además se fomentará que en los centros laborales y escolares, “como la UAM, se hagan acondicionamientos adecuados y seguros” para esos vehículos de dos ruedas.

Dichas acciones tendrán como correlato la aplicación de políticas públicas complementarias, por ejemplo, los alumnos de las unidades Azcapotzalco, Iztapalapa y Xochimilco que usen la bicicleta para ir al Metro o el Periférico, según sea el caso, deben disponer de seguridad, iluminación e incluso de ciclopistas en esos recorridos.

“Tenemos que dar respuestas específicas –y en eso la UAM puede ayudar– para que el gobierno implemente estrategias con el fin de enlazar el sistema público con estas opciones de movilidad y desincentivar el uso del automóvil particular”, añadió.

Estas tareas deben llevarse a cabo “no sólo en zonas como Polanco, Las Lomas y el centro, donde privilegiadamente se han dado muchas opciones, sino en donde están los sectores más importantes de la población, que es hacia la periferia de la ciudad”.

No obstante que México es el séptimo productor mundial de automóviles y el cuarto exportador del mundo en 2018, además de que se cuenta con situaciones financieras favorables para comprar un vehículo con intereses de entre 10 y 17 por ciento, es necesario tener una oferta de gran calidad “para que sea posible que la gente, en vez de subirse al auto y a la motocicleta –pues se ha detectado que cuando deja el auto, opta por la moto– prefiera el transporte público”.

Por primera vez se cuenta con un plan ambicioso y multivariado, que toca todas las facetas y que incluye medidas múltiples y acertadas en general; sin embargo, “el elemento central, que es apenas visible, es el impulso decidido hacia el transporte público”.

Resulta prioritaria una política pública de los gobiernos local y federal que incentive a transportistas, en particular a microbuseros y colectiveros, para que renueven sus unidades –los últimos microbuses que circulan en la capital fueron hechos hace 30 años– de lo contrario, el resto de medidas como el uso de vehículos híbridos, bicicletas y taxis ecológicos, entre otras que puedan impulsarse, pierde eficacia.

Mediante el observatorio que el investigador coordina, la UAM ha generado esfuerzos para conocer, estudiar, sistematizar y responder a los problemas de movilidad, ya que hay un tema estratégico en las urbes: “si la gente no se mueve o no lo hace bien es por un asunto estructural del funcionamiento de la ciudad y de la sociedad”.