El Museo de Arte Moderno y el Anahuacalli, cuentan con aportación de la ingeniera arquitecta Ruth Rivera Marín

Cultura

Ruth Rivera Marín fue la primera mujer en ingresar a la Escuela Superior de Ingeniería y Arquitectura (ESIA) del Instituto Politécnico Nacional y en obtener su título como ingeniera arquitecta en 1950. Realizó una destacada labor durante la primera mitad del siglo XX en la arquitectura mexicana.

A 50 años de su deceso, el 15 de diciembre de 1969, permanecen como testimonio de su contribución, numerosos espacios en los que plasmó su creatividad y espíritu nacionalista, entre éstos el Museo de Arte Moderno del Instituto Nacional de Bellas Artes y Literatura (INBAL) y el Anahuacalli.

Ruth Rivera Marín (Ciudad de México, 1927-1969) fue hija de la escritora Guadalupe Marín y del pintor Diego Rivera, de quienes heredó un pensamiento liberal y su interés por las artes. Fue jefa del Departamento de Arquitectura del INBAL desde 1959 hasta su deceso.

Su contacto con figuras como Juan O’Gorman, Pedro Ramírez Vázquez y Enrique Yáñez, reforzaron su inclinación por la defensa y protección del patrimonio arquitectónico y artístico de México, al lograr importantes aportes desde la docencia, la gestión institucional, la teoría y el ejercicio profesional.

Interesada inicialmente en la danza moderna y el teatro, animada por las clases que tomó con figuras como Waldeen y Seki Sano, con el tiempo se impuso su vocación por la arquitectura y la docencia.

Participó en la construcción del Centro Médico Nacional y colaboró con Pedro Ramírez Vázquez en el proyecto del Museo de Arte Moderno, ubicado en el Bosque de Chapultepec. Al respecto, Ramírez Vázquez expresó en su momento que Ruth Rivera fue quien realizó el proyecto arquitectónico del museo y quien llevó al Museo Nacional de Antropología a los artistas que trabajaron ahí.

Su mayor obra realizada entre 1945 y 1957, con Diego Rivera y Juan O’Gorman, fue el Museo Anahuacalli en Coyoacán. También participó en las obras de restauración del Teatro de la República en Querétaro en 1954 y en la creación del proyecto de ley para la conservación de la ciudad de Dolores Hidalgo, en Guanajuato, y su decreto para convertirla en monumento histórico.

En 1968, junto con el arquitecto Vladimir Kaspé, de origen ruso nacionalizado mexicano, organizó el Primer Encuentro Mundial de Jóvenes Arquitectos con la finalidad de promover dicha profesión entre las nuevas generaciones.

Dedicada principalmente a la enseñanza, en 1952 comenzó a impartir las cátedras de Teoría de la Arquitectura, Composición Arquitectónica, Taller de Planificación y Urbanismo, así como Teoría del Urbanismo en la ESIA.

En el Museo de Arte Moderno del INBAL participó en la organización de la exposición El objeto cotidiano del arte. Escribió algunos libros y artículos como Meditaciones ante una crisis formal de la arquitectura, Treinta años de funcionalismo en la ESIA, Urbanismo y planificación en México, Anahuacalli y Arquitectura viva japonesa. Bajo su dirección en el Departamento de Arquitectura del INBAL se crearon los Cuadernos de Arquitectura y Conservación del Patrimonio Artístico del INBAL, referente de la arquitectura mexicana.

Fue miembro del Colegio de Arquitectos, de la Sociedad de Arquitectos Mexicanos y de la Asociación Mexicana de Críticos de Arte; presidenta de la Unión Internacional de Mujeres Arquitectas y vicepresidenta de Arquitectas Mexicanas; asimismo, formó parte del Subcomité de Museos de la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO).

Se casó con el pintor mexicano Rafael Coronel con quien tuvo un hijo, el poeta, fotógrafo y curador Juan Coronel Rivera. Antes se había unido al arquitecto Pedro Alvarado con quien tuvo dos hijos: Ruth y Pedro Diego Alvarado. Murió a la edad de 42 años.