El Museo de Arte Moderno exhibe la primera retrospectiva en nuestro país de Antonio Caballero, narrador gráfico del México contemporáneo

Cultura

Conformada por cuatro núcleos temáticos que abarcan los diferentes periodos en la vasta obra de Antonio Caballero, la cual cubre todos los géneros de la fotografía, la muestra Antonio Caballero. Fotografía 1953-1985, que se exhibe hasta el 8 de septiembre en el Museo de Arte Moderno, representa la primera retrospectiva en nuestro país del narrador gráfico del México contemporáneo.
La exposición, curada por Iñaki Herranz e inaugurada la noche del jueves 4 de abril, integra, en los núcleos temáticos Obra temprana y fotoperiodismo, Las muchas caras del retrato, Caballero y el mundo de la pantalla grande y los espectáculos, y Del retrato como “puesta en escena” a la fotonovela, 143 piezas, entre las que sobresalen fotografía vintage, fotonovelas, cámaras fotográficas, álbumes musicales e impresiones contemporáneas.
Acompañada por el subsecretario de Desarrollo Cultural de la Secretaría de Cultura, Edgar San Juan, la titular del Instituto Nacional de Bellas Artes y Literatura (INBAL), Dra. Lucina Jiménez, resaltó la importancia del legado de Caballero para la memoria urbana contemporánea de nuestro país y refirió que cada imagen captada por su lente es una narración de la vida pública y privada de quienes fueron referencia del quehacer artístico y cultural de México.
En esta retrospectiva, que se exhibe a diez años de que la primera pieza de Caballero ingresara a las colecciones del INBAL, se realiza un periplo por su trayectoria, que inició en 1953 cuando era adolescente y su padrastro le obsequió una cámara con la que comenzó a captar diferentes escenarios de su natal colonia Guerrero, en la Ciudad de México.
“No me imaginé esta exposición. Nos llevó tres años para concretar la curaduría. Fue un trabajo continuo para revisar mi acervo: mucho material para seleccionar un poco. Tengo un archivo fotográfico bastante amplio, de casi 70 años de actividad. No se puede hacer una muestra con todo, pero el curador trató de buscar lo más representativo. Este recorrido es parte de mi vida, de la vida de México”, señaló el fotógrafo homenajeado, quien asistió con su esposa.
De acuerdo con el curador, la muestra reúne 143 piezas, las cuales “no siguen una línea cronológica, ya que el artista no abandona los diversos géneros en los que desarrolla su obra: el eje del fotoperiodismo, la fotonovela y el retrato de estudio. Su obra es muy amplia y cubre todos los géneros de la fotografía, pero además tiene un valor agregado: a lo largo de sus imágenes captura la moda, la arquitectura y el estilo de la modernidad”.
La muestra incluye piezas de los primeros años del artista, cuando comenzó como asistente de Héctor García y aprendió el oficio directamente de uno de los mejores fotoperiodistas mexicanos del siglo XX. De la fotografía de sus inicios, Caballero transitó al registro de eventos sociales, deportivos y de la vida política.
A lo largo de su trayectoria, desarrolló reportajes gráficos de muy variada índole a la par de su trabajo en el estudio fotográfico y de la creación de fotonovelas. Sin embargo, fue su incursión en el ámbito de la prensa especializada en la pantalla grande la que resultaría determinante para el resto de su carrera.
“Su obra es un testimonio de la modernidad tardía. Me atrevo a decir que es el fotógrafo más moderno de esta era. Todas sus facetas están articuladas de un modo muy estratégico, a través del mundo de los espectáculos y el cine. El retrato es el hilo conductor de la exposición. En su estilo fotoperiodístico es notoria la huella de Héctor García, pero en los retratos es un talento único. Tiene una línea muy contemporánea que rebasa la modernidad. De ahí su genio y el hecho de que sea único”, concluyó el curador.
Foto de Marilyn Monroe
En 1962 Marilyn Monroe visitó México. Durante la conferencia de prensa que ofreció la actriz, Caballero pudo lograr una de las imágenes más controvertidas de la estadounidense, cuya autoría le fue reconocida décadas más tarde.
“Fue una foto que se dio, no es que la haya buscado. Cuando llegó Marilyn, un poco tarde a la conferencia de prensa, corrimos todos los fotógrafos a donde ella iba a darla, en una mesita. A mí me tocó estar a los pies de Marilyn y fui el único que la tomó. Aunque muchos dicen que tomaron la misma foto, era imposible. Inclusive, los hermanos Mayo se la adjudicaron. Posteriormente volví a quedar como el autor.
“Fue una imagen que no quería, porque en la época era mal visto ese tipo de fotografía; era algo muy grosero. La rechacé hasta que la revista Proceso hizo una investigación y dio conmigo”, relató Caballero. Así como ésta, el fotógrafo contó varias anécdotas detrás de algunas de las imágenes que ahora son recuerdos fijados en placas por los químicos que utilizaba al revelar sus fotografías en su antiguo cuarto oscuro.