El Espacio Cultural presentó el libro El Congreso y la política mexicana, 1857-1911, de María Luna Argudín

Cultura

Para conocer la transformación legislativa de México, el Espacio Cultural San Lázaro presentó el libro El Congreso y la política mexicana 1857-1911, de María Luna Argudín. Es una investigación única que articula como actor principal al Parlamento.El rigor metodológico convierte a esta obra en una aportación vigente por la originalidad al estudiar las actividades de los congresos y su aportación histórica.
Comprender el presente y futuro a partir de analizar la evolución del Congreso, la interacción de los poderes Legislativo y Ejecutivo, así como la participación de los estados para aprender del pasado a fin de resolver los problemas actuales, son temas torales de esta publicación.
Con auspicio de la Secretaría General y la Dirección de Bibliotecas y Archivo de la Cámara de Diputados, cuyas titulares son Graciela Báez Ricárdez y María Velázquez Valdez, respectivamente, el libro describe la historia de México desde los cambios del Congreso, el federalismo y liberalismo.
Tania Hernández Cervantes, asesora de la Secretaría General, resaltó la pertinencia de difundir y discutir esta obra que aborda una época fundamental para crear el Estado-nación en que se convirtió el país.
Editado por el Fondo de Cultura Económica en 2006, ofrece una perspectiva fresca que no pierde actualidad porque en esta época la sociedad y el país viven un episodio histórico transcendental, cuyo impacto no se ha observado.
Señaló oportuno despejar el arraigado prejuicio de considerar al Congreso como un ente pasivo y subordinado. Partir de la lectura y discusión de este libro se entenderá y conocerá su contribución social, económica, educativa y política.
María Luna Argudín, su autora, doctora en Historia por El Colegio de México (Colmex), planteó “no olvidar nuestros orígenes” y analizar el pasado para encontrar respuestas a los problemas actuales, que son los mismos del siglo XIX y XX. Antes, como ahora, la población no confía en los partidos políticos, ni en la democracia, ni en el Congreso y están presentes los poderes fácticos, afirmó.
No obstante, apuntó que el Congreso es “el gran instrumento de negociación entre distintas posturas políticas y sin eso no hay gobernabilidad”. La historia parlamentaria puede ayudar a ver otras alternativas para salir de los problemas, resaltó.
El Poder Legislativo ha dado estabilidad al país porque los poderes necesitan controles para que funcionen en un contexto de pesos y contrapesos. Además, las entidades federativas deben participar en la toma de decisiones y no restringirse al centralismo de la Federación.
Actualmente, Luna Argudín es profesora-investigadora, titular de tiempo completo en la Universidad Autónoma Metropolitana, Unidad Azcapotzalco; ha escrito 22 libros, entre ellos, 14 son de texto, y ha colaborado en una gran cantidad de artículos especializados.
Luis Daniel Aguilar Calderón, maestro en Derecho Parlamentario por la Universidad de Salamanca, refirió que el desarrollo del Congreso se inscribe en la representación social a través de la Cámara de Diputados.
No obstante, los estados quedaron sin voz, al desaparecer el Senado en 1857, al restituirse en 1874, se le concibió como una solución y equilibrio al federalismo y a la gobernabilidad. Analizar la evolución del Congreso bicameral es “un tema más vigente que nunca”, para entender la importancia del federalismo y liberalismo vinculados a la democracia.
Israel Arroyo García, doctor e investigador en Historia del Colmex, afirmó que el libro “abre brecha” en este tipo de investigaciones al vincular el federalismo, liberalismo, porfirismo, las negociaciones, incluso en esa época, y la figura del Senado como asunto crucial en el devenir histórico en un marco bicameral del Congreso mexicano, restaurándose el Poder Legislativo desde el siglo XIX por medio de dos cámaras.
Respecto al libro El Congreso y la política mexicana 1857-1911, sostuvo que “es la única investigación, hasta donde yo conozco, que ha trabajado la segunda mitad del siglo XIX y que tuvo como eje articulador de la explicación del estudio de política, los congresos, y el único estudio que de forma sistemática y profunda tiene como actor principal a los congresos”, afirmó.