Egresada de la UAM, premiada por su trabajo: implicaciones psicosociales de la epilepsia

Cultura

Con el trabajo Implicaciones psicosociales de la epilepsia, Elisa Jireh García López, egresada de Diseño de la Comunicación Gráfica de la Unidad Azcapotzalco de la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM), obtuvo el primer lugar –en la categoría de Tesis de Licenciatura– del Premio Diseña México 2020, considerado el más importante de la disciplina en el país.

El proyecto consiste en la creación de un banco de cualidades, una herramienta basada en un juego de tarjetas para ser implementada por un grupo de autoayuda de gente con epilepsia, a la que se ofrecen elementos que permitan afrontar problemas cotidianos relacionados con su enfermedad, así como armonizar la convivencia y disminuir los conflictos a través del uso de virtudes, valores y talentos expresados en dichas etiquetas.

La epilepsia es un mal neurológico crónico que afecta el sistema nervioso central y se manifiesta en crisis impredecibles caracterizadas por la pérdida brusca del conocimiento y posibles convulsiones. De acuerdo con la Organización Panamericana de la Salud, lo padecen más de 50 millones de personas en el mundo –de ellos 2.5 millones de mexicanos– y cada año son diagnosticados 2.4 millones de casos nuevos.

Las crisis son ocasionadas por una actividad neuronal excesiva en el cerebro provocando movimientos, sensaciones, emociones y comportamientos involuntarios, y entre las causas conocidas del padecimiento se encuentran lesiones de nacimiento por la privación de oxígeno; traumatismos; tumores; intoxicaciones, e infecciones.

El padecimiento es tratable con fármacos antiepilépticos, sin embargo existen secuelas secundarias no deseadas que van desde somnolencia, sedación, y debilidad hasta agresividad, lo que complica la integración social de los pacientes.

El desconocimiento sobre el mismo y la existencia de mitos sobre su origen –pues incluso se vincula a factores sobrenaturales– nutre el miedo ante las crisis, además del estigma, que se convierte en discriminación y ésta, a su vez, en dificultades para relacionarse en los ámbitos escolar, laboral y social, señaló la egresada de la UAM.

Aun cuando el aspecto médico-clínico está bien abordado, esto no pasa con la parte psicosocial, lo que trastoca todos los vínculos con el entorno, por ello “es una problemática que compete al diseño, pues en sí mismo tiene la capacidad de incidir en fenómenos complejos, si sabemos cómo hacerlo”, en virtud de que “el poder de las comunicaciones visuales es relevante y su alcance puede crear un impacto positivo o negativo en la colectividad”, apuntó García López.

Desde el diseño gráfico se debe buscar una reacción que favorezca a estas personas, por lo que la tesis toma en cuenta las ideas de Jorge Frascara, quien sostiene que la comunicación visual “tiene el poder de modificar comportamientos y conductas humanas si está bien dirigida”, así que con esta perspectiva “fue muy importante crear un puente entre la realidad en la que estamos y en la que podemos estar a través del diseño”.

Esto fue posible al traducir información médico-clínica a un lenguaje mucho más digerible para los interesados en conocer más sobre este padecimiento.

Con la asesoría del maestro Jonathan Ríos Flores, García López obtuvo el grado de licenciada por la UAM y ha mantenido un acercamiento con el Grupo Aceptación de Epilepsia (GADEP) Amistad para aprender sobre la enfermedad. La asistencia a pláticas de apoyo psicológico “permitió darme cuenta de que había ciertos problemas en cuanto a su integración debido a conductas agresivas o antisociales que podían ser derivadas de los efectos secundarios de medicamentos o de daños neurocognitivos, además de asuntos de autoestima”.

Para mejorar la unificación del grupo y su vínculo con otras comunidades “creé una dinámica denominada banco de cualidades, que tuvo como centro un juego que facilitara expresarse en torno a conceptos o virtudes que ayudaran a sobrellevar las implicaciones negativas de la epilepsia”.

Conceptos de empatía, autonomía y autodominio, entre otros, ayudan a reforzar la autoestima y la convivencia, acompañadas de pequeñas ilustraciones en tarjetas; los participantes asumen un reto cognitivo, porque deben relacionar las figuras geométricas con la idea.

Esta es la primera dinámica que antecede a otras en las que en un espacio abierto tienen que actuar, contar y representar situaciones que les atañen.

Este trabajo, realizado durante tres trimestres, resultó muy satisfactorio, porque “me ayudó a replantear mi discurso en la disciplina, y comprender el poder de las comunicaciones visuales y las responsabilidades que esto implica”, así que “me siento muy contenta”, pues no fue un proyecto que se quedara suspendido en el aire, sino que tuvo un impacto real y “una vez que lo compartí en redes sociales me sobrepasó su alcance, porque me ha escrito mucha gente que vive o convive con alguien con epilepsia, lo que me hizo constatar que diseñadores o no, todos podemos ayudar en una temática como ésta, quitando prejuicios y tratando de comprenderla”.

García López dijo estar muy agradecida con la UAM porque durante los cuatro años de su formación siempre estuvo presente el carácter social del Diseño de la Comunicación Gráfica, así como la pretensión de formarse como una profesional “consciente de sus responsabilidades éticas y sociales”.