Declaración del Secretario General de la OEA sobre el Día Internacional para la Erradicación de la Pobreza

Internacional

Erradicar permanentemente la pobreza es central para garantizar más derechos para más gente en las Américas. En este Día Internacional para la Erradicación de la Pobreza no podemos ser tolerantes ante la existencia de millones de personas viviendo en pobreza y pobreza extrema, situación hoy agravada por los efectos del COVID-19.

Los datos son alarmantes. Hoy sabemos que habrá al menos 30 millones de nuevos pobres como resultado de la pandemia y 16 millones más caerán en situación de pobreza extrema. Esto ha hecho retroceder dramaticamente los avances sociales que habían alcanzado los países de la región.

Estas cifras, además de ser una señal de alarma, tienen que ser un llamado a la acción urgente y a redoblar esfuerzos en todos los ámbitos, porque detrás de esos números hay personas, hogares, niños y niñas que hoy no acceden a sus derechos.

En esa búsqueda de soluciones para erradicar definitivamente el flagelo de la pobreza, la Organización de los Estados Americanos (OEA) tiene un papel importante que desempeñar a través de acciones concretas, tales como la promoción del diálogo y la cooperación técnica entre sus Estados miembros para el intercambio de información y experiencias sobre las políticas que han funcionado en el combate a la pobreza.

Además, contamos con valiosos instrumentos de derechos económicos y sociales como el Protocolo Adicional a la Convención Americana sobre Derechos Humanos en Materia de Derechos Económicos, Sociales y Culturales (Protocolo de San Salvador) y su mecanismo de seguimiento, a través del cual un grupo de Expertos y Expertas hacen recomendaciones a los Estados orientadas a mejorar políticas públicas que son clave para la erradicación de la pobreza.

Igualmente, por medio de la Carta Democrática Interamericana y la Carta Social de las Américas, la OEA ha sido pionera reconociendo el vínculo y la indivisibilidad entre los derechos civiles y políticos, y los derechos económicos, sociales, culturales y ambientales.

Ahora, más que nunca, debemos continuar intercambiando herramientas, experiencias y conocimientos para alcanzar la meta global y regional de erradicar definitivamente la pobreza y así poder asegurar un futuro que realmente garantice más derechos para más gente.