Decisión construir “Dos Bocas” en tres años y con 8 mil mdd predice consecuencias graves y confirma que el país se gobierna por ocurrencias: PRD

Deporte

Antonio Ortega Martínez, diputado federal del Grupo Parlamentario del Partido de la Revolución Democrática (GPPRD), alertó que la decisión del Presidente Andrés Manuel López Obrador en el sentido de declarar desierta la licitación para la construcción de la refinería de “Dos Bocas”, Tabasco y determinar que la obra será ejecutada por Petróleos Mexicanos (Pemex) y la Secretaría de Energía (Sener), en tres años -contados a partir del próximo 2 de junio- sólo confirma que el país se gobierna por ocurrencias, y que las empresas rechazaron erigirla porque un proyecto de esta magnitud, no se realiza “sobre las rodillas y con improvisación”.
El también secretario de la Comisión de Hacienda de la Cámara de Diputados expuso que, de acuerdo con información que se ha dado a conocer a los legisladores en este recinto, se pidió a dos (de las cuatro empresas anunciadas por la secretaria Rocío Nahle), que hicieran estudios y que pudieran resolver la exigencia principal de López Obrador: El costo y el tiempo de construcción y de entrega de las refinerías.
No obstante, ambas empresas rechazaron la presión porque para hacer una refinería, se necesitan los estudios que respalden técnicamente una inversión de miles de millones de dólares, y no se sobre las rodillas, con improvisados, con ocurrencias, con supuestos; sino que se requiere de análisis elaborados de manera cierta que conduzcan a conclusiones que den certidumbre, citó.
Ninguna de las dos empresas -agregó Ortega- aceptó fijar un precio sin el respaldo de los estudios, ni fijar un plazo de entrega sin los análisis que respaldaran la duda del Presidente; pero como a él ya se le clavó en la cabeza la idea, ordenó a Rocío Nahle y al director de Pemex, Octavio Romero Oropeza, que hicieran la refinería en tres años ocho mil millones de dólares, cosa que no hay en el mundo.
“Nadie que se arriesgue a aceptar una empresa de este tipo puede terminar en tres años, ni mucho menos costearla en ocho mil millones de dólares. Las últimas refinerías hechas en India han costado alrededor de 12 mil millones de dólares en el tamaño más o menos cercano al que se está pensando en “Dos Bocas” y la construyeron en ocho años. Entonces, esta ocurrencia del Presidente solo va a generar un socavón más a las finanzas públicas”, recalcó.
Ortega Martínez subrayó que –de hecho- el país no requiere de “Dos Bocas” porque ni siquiera hay la capacidad productiva ni las reservas para abastecer a las seis refinerías ya existentes, y destacó que “una más volvería complicado este abasto. Por lo tanto, México tendrá que aumentar sus compras de crudo al extranjero para atender esta mala decisión del Presidente.
“La decisión que todo mundo recomienda es que México invierta en aumentar sus reservas; que mejore su capacidad de extracción, de producción de crudo aprovechando que -en este momento- hay condiciones muy favorables por la confrontación geopolítica de Estados Unidos contra Irán y su guerra comercial con China, que abren las posibilidades para que México acreciente su capacidad de oferta de crudo en el mercado mundial y obtener recursos que pudieran fortalecer las finanzas públicas”.
Nos queda claro que no son los técnicos de Pemex ni los de Sener, ni los especialistas quienes proponen la nueva refinería; es una decisión del Presidente que, precedida por una posición político-ideológica de la famosa “soberanía energética”, está tomando una decisión condenada al fracaso, sentenció.
El legislador alertó en este sentido que, este afán de López Obrador, dará pie a un marco de corrupción porque no se cumplen las condiciones que establece la ley. “Vamos a ver adjudicaciones directas, compadrazgos, compromisos, amistades, gente que se va a comprometer a hacer cosas que no va a poder cumplir”.
Así como en Texcoco, esta decisión de la refinería está presidida por la ocurrencia y el voluntarismo; traerá consecuencias financieras, políticas y una muy importante: Seguirá deteriorándose la confianza hacia México como una nación donde se cumplen el Estado de Derecho, la ley y las garantías para la inversión.
Es un pésimo anuncio, una pésima decisión, no hay manera de encontrar orden, coherencia, responsabilidad. Creo que hoy es un mal día para el futuro del país y de sus habitantes. Una ocurrencia más que no sabemos en qué vaya a terminar, remató