Cumplirá el Museo Nacional de Arquitectura 35 años de vida

Cultura

Fundado el 26 de enero de 1984 con el propósito de promover y difundir los valores de la arquitectura moderna y el urbanismo de México y el mundo, el Museo Nacional de Arquitectura (Munarq) cumplirá 35 años de vida.
Bajo la guía del Instituto Nacional de Bellas Artes y Literatura (INBAL), dicho recinto, adscrito a la Dirección de Arquitectura y Conservación del Patrimonio Artístico Inmueble, ha realizado un arduo trabajo para destacar el patrimonio arquitectónico del país y así sensibilizar a los mexicanos sobre la necesidad de preservarlo.
Xavier Guzmán Urbiola, licenciado en Historia por la UNAM, con estudios de arquitectura en la UAM y quien fue director de Arquitectura del INBAL entre 2003 y 2007, comentó que la creación del Munarq fue una gran idea del arquitecto Juan Urquiaga, quien convenció a las autoridades de entonces de crear un recinto dedicado específicamente a la arquitectura mexicana y del mundo.
La primera exposición que se montó en el espacio que ahora ocupa el museo fue La arquitectura en México. Porfiriato y movimiento moderno, de 1982, dedicada a confrontar la visión de esa rama del arte entre las dos etapas históricas, recordó Guzmán Urbiola, y con ello, dijo, se comenzó a poner sobre la mesa la importancia de la arquitectura como parte integral de la cultura del país.
La idea, subrayó, fue poner al alcance no solo de los especialistas sino del público en general la trascendencia de la arquitectura a través de sus principales exponentes, corrientes imperantes y su historia en México.
Miembro honorario de la Academia Nacional de Arquitectura desde 2006, Guzmán Urbiola señaló que hay ciudades en el mundo como Shanghái, Madrid y Londres que poseen importantes museos de arquitectura.
El del Palacio de Bellas Artes, aseveró, se creó con la idea de dar a la arquitectura mexicana un recinto de igual importancia y proyectar la ciudad ante el mundo, propiciando a la vez la reflexión acerca de los grandes temas urbanísticos y arquitectónicos.
“En esa línea, Juan Urquiaga propició la creación del Museo Nacional de Arquitectura con el INBAL al frente, para insertar la cultura arquitectónica mexicana en la gran tradición artística y cultural del país”.
La arquitectura es una disciplina de servicio
La arquitecta Dolores Martínez Orralde, quien por más de 30 años colaboró con la Dirección de Arquitectura y Conservación del Patrimonio Artístico Inmueble del INBAL, explicó que, desde su fundación, el objetivo del Munarq es divulgar y reconocer el trabajo de arquitectos, ingenieros, creadores y constructores, quienes han participado en la producción arquitectónica del México moderno.
Comentó que el museo es un complemento de la formación académica de los jóvenes estudiantes de arquitectura, urbanismo y nuevas disciplinas que han surgido al paso del tiempo, como el paisajismo.
Martínez Orralde, egresada de la Facultad de Arquitectura de la UNAM, recordó que la primera exposición oficial del Munarq se inauguró el 26 de enero de 1984, y estuvo dedicada al arquitecto Francisco J. Serrano y Álvarez de la Rosa.
Indicó que se eligió al también ingeniero para esa primera muestra porque vincula el tema de la arquitectura y el patrimonio. Obras significativas de él se encuentran en la colonia Condesa, como el edificio Basurto.
Recordó que, como investigadora, a ella le tocaba organizar el material y revisar las fotografías, situación que ha avanzado gracias a la tecnología. “Antes se diseñaban las exposiciones de manera casera; las cédulas se hacían en máquina de escribir, con una esfera con tipografía especial para trabajarlas. Había que cuidar la ortografía, parece fácil, pero había que tener mucho cuidado en la revisión de cada texto e imagen para que el público se llevara la mejor información. Fue un gran aprendizaje al lado de Juan Urquiaga y Víctor Jiménez”.
A 35 años de la primera exposición en el Munarq, Dolores Martínez señaló: “A los retos les ponemos creatividad, es parte de la arquitectura jugar con el espacio, las formas y dependiendo de la temática, nos da la oportunidad de incorporar videos y fotografías en diferentes formatos para que la gente tenga un panorama completo”.
Y aseguró: “Tratamos de que las muestras sean atractivas para todo tipo de público. La arquitectura debe ser incluyente, es una disciplina de servicio a disposición de nuestro día a día”.
Por último, quien es además miembro de la Asociación Mexicana de Arquitectas y Urbanistas, invitó a que la gente recorra el exterior e interior del Palacio de Bellas Artes para descubrir así todos sus detalles. “Nuestra ciudad es parte de la exposición arquitectónica urbana y paisajista, nos debemos sentir orgullosos de ella”, finalizó.
Un espacio de arquitectos para la sociedad en general
El arquitecto Gustavo López Padilla, quien se convirtió en el primer curador del recinto, aseguró que “este museo de arquitectura no es de arquitectos para arquitectos; es de arquitectos para la sociedad en general”.
En ese sentido, agregó que “es gratificante recorrer las exposiciones y encontrarse a los amigos, intercambiar ideas, pero lo es más encontrar a familias enteras, jóvenes y niños admirando las maquetas y planos. Eso se convierte en un incentivo para crear futuras generaciones de arquitectos”.
Dijo también que la labor del museo es difundir la arquitectura contemporánea mexicana y acercarla a la sociedad, por lo que tiene un público muy diverso que acude no solo a las exposiciones, sino a las conferencias, seminarios y reconocimientos a arquitectos. “Es importante señalar que también se han generado publicaciones”, agregó.
Sobre su experiencia como curador de la primera muestra del Munarq, López Padilla recordó que, en sus años de estudiante en la Facultad de Arquitectura de la UNAM, nació su amistad con el arquitecto Víctor Jiménez, quien en 1984 era subdirector de la Dirección de Arquitectura y Conservación del Patrimonio Artístico Inmueble, cuyo titular era Juan Urquiaga.
“Éramos amigos y yo venía a verlos a la Dirección de Arquitectura. Me propusieron hacer la curaduría de Francisco J. Serrano, una muestra dedicada a un gran arquitecto. No sabía que fui el primer curador; para mí es un privilegio”.
A lo largo de su historia, el Munarq ha presentado 158 exposiciones. El arquitecto Gustavo López Padilla las describió como diversas e incluyentes, pues “tienen que ver con las distintas expresiones de la arquitectura, con diversas generaciones y con estas escalas en donde los seres humanos vivimos”.
En 35 años, el público ha podido disfrutar de muestras como La construcción del Palacio de Bellas Artes (1984), La arquitectura de Colombia (1985), Luis Barragán, arquitecto (1989), Arquitectura japonesa contemporánea (1992), Guillermo Kahlo. Arquitectura y fotografía (1993), El Teatro Nacional de México.
Primer centenario de Adamo Boari en México 1897-1997 (1997), Mario Pani. La visión urbana de la arquitectura (2000), Frank Lloyd Wright y la ciudad viviente (2002), Los espacios de Diego y Frida (2007), Arquitectura de la Revolución (2010), Somos la Atlántida. Géza Maróti 140 años (2015), Arquitectura orgánica de Senosiain (2016) y Arquitectura Olímpica. México 68/50 aniversario (2018), por mencionar solo algunas.
El arquitecto López Padilla concluyó: “El Munarq es un lugar de aprendizaje permanente. Siempre se puede aprender, siempre llega uno a descubrir imágenes, datos, calidad del espacio, formas compositivas y desarrollos tecnológicos que a lo mejor uno no tenía muy presente”.
El Museo Nacional de Arquitectura se ubica en el tercer piso del Palacio de Bellas Artes. Se puede visitar de martes a domingo, de 10:00 a 18:00. Los domingos la entrada es libre.