Con emotivo homenaje recuerdan a Marta Aura, actriz entregada a la escena mexicana

Cultura

La Secretaría de Cultura del Gobierno de México y el Instituto Nacional de Bellas Artes y Literatura (Inbal), a través de la Compañía Nacional de Teatro, rindieron homenaje póstumo a la primera actriz Marta Aura el jueves en el Teatro del Bosque Julio Castillo.

Ante familiares, amigos y la comunidad artística, la directora general del Inbal, Lucina Jiménez López, afirmó que si Marta Aura algo nos deja como herencia y ejemplo es justamente esa valentía, esa pasión, esa disciplina y el amor a la escena como valores inquebrantables que orientaron su vida y que le permitieron forjarse una carrera de varias décadas transitando por todos aquellos medios donde el teatro era posible, fuese en la imagen radiofónica, en el cine, en la televisión, pero sobre todo en los escenarios que ella tanto amó.

Tras un minuto de silencio y de agradecer a Rubén, Mariana y Simón -hijos de la reconocida actriz- el compartir este espacio de reconocimiento, de homenaje, así como a quienes integran la Compañía Nacional de Teatro, la titular del Inbal rememoró a Marta Aura “por este esfuerzo que nos permite recrear la memoria viva, latente, de una mujer que le dio todo a la escena mexicana”.

En el homenaje, durante el cual se proyectaron escenas de películas en las cuales participó, así como fotografías, Lucina Jiménez refirió que Marta estaba completamente consciente de que el teatro es del tamaño de la vida y Marta siempre ha sido y será más grande de lo que nosotros podemos abarcarla.

“Porque en este homenaje que hemos de rendirle no solo hoy, sino a lo largo del tiempo, en el resguardo y en la exploración de su paso por la escena mexicana, habremos de explorar su legado, lo que ella género, lo que construyó y seguramente encontraremos ahí muchos nuevos caminos para reencontrarnos con Marta Aura”, agregó.

Por último, reconoció que Marta se fue sembrando triunfos, recibiendo reconocimientos y eso es algo que debe valorarse como un ejemplo fundamental para todo aquello que significa la trayectoria de una gran artista, de una gran actriz, de una gran mujer.

Por su parte, Rubén Rojo, revivió. recuerdos, en los que resaltó que la actriz se consagró con pasión, disciplina y mucho amor. “La vimos interpretar decenas de personajes, unos tristes, otros trágicos, fársicos, melodramáticos y unos poquitos cómicos; siempre cautivadores y deslumbrantes.

“Nosotros, sus hijos, su hija, la vimos cambiar de rostro por razones distintas a sus personajes, tuvimos la suerte de verla revelarse en la intimidad de nuestra casa; no como una primera actriz de teatro, sino como una primera actriz de teatro que también es madre”.

En su emotivo discurso dijo: “Estaba pensando en uno de los diálogos (de la cinta Coraje) que puede resultar polémico, atrevido y revelador para algunos y algunas, pero no para mí. El personaje de mi mamá dice en alguna conversación con sus amigas María Muro -aquí presente- y María Cortina -que también está aquí-, que viendo su vida en retrospectiva, ella terminó priorizando su carrera ante todo, incluso ante el hecho de ser madre. Esas líneas que fueron espontáneas, una improvisación que nos regaló, lejos de darme tristeza, me provoca la posibilidad de comprenderla. Es probable que el tiempo entre dos actividades distintas como la actuación y la maternidad se hubiera dividido algunas veces de forma inequitativa en su agenda, pero la verdad es que mi mamá nunca dividió el amor que nos tenía de ninguna forma”

En tanto, la directora de la Compañía Nacional de Teatro, Aurora Cano, dijo que Marta era una mujer fuerte. Decía que le preocupaba lo que pasaba en su país, y que una manera de devolverle un granito de arena era poniendo su capacidad como actriz y su compromiso en un trabajo serio, porque quería que las personas salieran pensando del teatro.

“La mayoría de los que estamos aquí conocemos su trayectoria. Sabemos que trabajó tanto en teatro como en cine, con los directores más importantes del país. Pero a mí, lo que más conmueve, la creatividad desde la soledad. Es decir, su dedicación al monólogo como formato de autodeterminación profesional y, al mismo tiempo, como medio posibilitador de empatía social”, señaló.

Al mencionar algunas de las cualidades de la primera actriz, la titular de la CNT aseguró que el paso de Marta por la Compañía “nos honra a todos, y no solo por su entrañable trabajo sobre el escenario, sino también por su actitud tras bambalinas, en donde siempre tuvo una palabra amable hacia sus compañeros y donde no dudó nunca en ser generosa con las nuevas generaciones de actores con los que le tocó coincidir”.

En el recinto del Inbal, los aplausos y los gratos recuerdos estuvieron de manifiesto, por lo que la reconocida actriz Ana Ofelia Murguía aseveró: “Fue amable, leal, generosa, sincera, accesible y tolerante. Apasionada en su profesión, estupenda actriz y disciplinada”.

Al intervenir como maestro de ceremonias, el actor Arturo Beristain compartió anécdotas y mencionó la amplia trayectoria de Marta Aura; y señaló que hacer teatro es una aventura, una aventura que crea entre sus hacedores vínculos estrechos que con el tiempo se van transformando. Así, los compañeros se hacen amigos, los amigos, hermanos y con el tiempo nos volvemos familia.

Como parte del homenaje póstumo se proyectó el largometraje Coraje, producción cinematográfica que Rubén Rojo realizó inspirada en la vida de su madre y primera actriz, Marta Aura, y por la cual recibió el Premio Mezcal a la Mejor Actriz 2022, en el Festival Internacional de Cine de Guadalajara.

Marta Aura, quien egresó de la Escuela Nacional de Arte Teatral (ENAT), exploró diversos géneros y se presentó con éxito largas temporadas de La mujer rota y Mujer on the Border, la cual escenificó en México, Estados Unidos y España.

También formó parte del elenco de obras como Los grandes muertos, de Luisa Josefina Hernández; El círculo de cal y La panadería, de Bertolt Brecht; Códice Ténoch (A Soldier in Everyson), de Luis Mario Moncada; Homéridas, de Ximena Escalante; Este paisaje de Elenas, de Sandra Félix; Felipe Ángeles, de Elena Garro; Numancia, de Ignacio García; Conmemorantes, de Emilio Carballido; Éramos tres hermanas, escrita y dirigida por José Sanchis; El padre, de August Strindberg.