Capillas de Amayuca, en Jantetelco, Morelos, listas para sus fiestas patronales

Cultura

Jantetelco, Mor.- La bienvenida del 2020 traerá consigo la recuperación del calendario festivo de Amayuca, ya que varias de sus capillas afectadas por los sismos de septiembre de 2017, entre ellas las del Señor del Pueblo y de los Santos Reyes, han sido intervenidas en su totalidad. Los próximos 2 y 6 de enero, estos barrios podrán celebrar sus fiestas patronales de puertas abiertas.

Estos avances, así como la rehabilitación hecha en las capillas de San Francisco y de Santiago Apóstol, también en Amayuca, fueron supervisados por el director general del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH), el antropólogo Diego Prieto Hernández, quien durante una gira de trabajo por este municipio visitó uno de los casos más complejos de restauración: el del Templo y Ex Convento de San Pedro Apóstol.

El titular del INAH, en compañía de Víctor Hugo Valencia, director del Centro INAH Morelos, dio a conocer que, en la entidad, han sido intervenidos 129 inmuebles históricos, lo que representa la mitad de las 259 edificaciones dañadas por los sismos. Los trabajos se han ejecutado mayormente con financiamiento mixto, proveniente tanto del seguro contratado por la institución, como del Fondo de Desastres Naturales (Fonden).

El antropólogo Diego Prieto expresó que la puesta en valor de la arquitectura religiosa de Morelos, la cual sufrió los mayores estragos, ha supuesto un reto mayor para el INAH como organismo normativo y supervisor de esta titánica tarea, el cual también está involucrado en la ejecución de las obras y la aplicación de los seguros correspondiente. Se trata —dijo— de un programa que requiere tres factores: tiempo, especialistas y recursos financieros.

Las capillas de Amayuca, explicó la restauradora perito del Centro INAH Morelos, Mitzi de Lara Duarte, son reflejo de la bonanza que experimentaron las haciendas en el siglo XVIII, de manera que en sus paredes permanecen retablos dorados y policromados, pinturas y esculturas, además de pintura mural que pudo registrarse durante las intervenciones a los inmuebles.

Destacó que la Capilla del Señor del Pueblo fue uno de los oratorios más afectados en Amayuca, pues su cúpula colapsó totalmente, afectando simultáneamente un retablo lateral: “el muro testero tenía graves grietas y, por tanto, fue necesario desmontar el retablo para que los arquitectos pudieran sanear estas fracturas y unir los núcleos sanos”, detalló.

La empresa contratista llevó a cabo en esta capilla la consolidación y reconstrucción en arcos de acceso, bardas atriales, fachada principal, campanario, bóvedas y tambor, así como la reconstrucción total en la cúpula.

A lo anterior se sumó la conservación y restauración de los bienes culturales muebles e inmuebles por destino. La especialista Marina Straulino comentó que en todo momento el trabajo ha sido coordinado con la parte de arquitectura, ya que es imposible reinstalar retablos, si la estabilidad estructural del inmueble y su intervención no se han garantizado y ejecutado debidamente.

En San Francisco, una de las cuatro capillas que se localizan sobre la calle Juan Aldama, en Amayuca, también se realizaron labores de consolidación y reconstrucción en su fachada principal, en el remate de su cúpula, en la linternilla, bóveda y muros laterales; así como en su torre campanario, la cual fue reconstruida en dos cuerpos, pues colapsó en 50 por ciento.

En su interior, luce de nuevo en todo su esplendor su retablo de columnas estípites, su tono escarlata contrasta con la ornamentación en hoja de oro, la cual en varios casos fue recubierta con aerosol dorado. Para la restauradora Marina Straulino, la conservación y restauración de retablos, pinturas y esculturas, ha supuesto la oportunidad de recuperar el aspecto original de muchos de estos bienes.

Así lo señaló al referirse a dos pinturas de la Capilla de San Francisco, las cuales aún se trabajan. Indicó que el par de cuadros dedicados a la vida del fundador de la orden, presentaban humedad debido a las filtraciones en muros, dañando la base de preparación, la capa pictórica y el barniz. Fue necesario estabilizar la estructura física y detener el deterioro causado en la obra pictórica, devolviéndole al soporte capacidad de sujeción mediante el reentelado, cohesionando así los componentes de los materiales empleados y adherencia entre los estratos por medio de la consolidación.

Las capillas de Los Santos Reyes y de Santiago Apóstol también fueron objeto de consolidación y reconstrucción de fachada, cúpula y bóveda, así como en otros elementos. Debido a la afectación de sus campanarios, de la primera (Los Santos Reyes) se reconstruyó una cuarta parte; de la segunda fue necesario construir los cuatro cuerpos. Asimismo, se realizó la conservación y restauración de bienes muebles e inmuebles por destino.

Templo y Ex Convento de San Pedro Apóstol

El Templo y Ex Convento de San Pedro Apóstol, en Jantetelco, es uno de los 24 antiguos conventos de Morelos. La magnitud de los daños que sufrió este monasterio agustino por los sismos de septiembre de 2017, son proporcionales a sus dimensiones, como lo constató el director general del INAH, Diego Prieto, al recorrer este histórico lugar donde, cabe citar, ofició el insurgente Mariano Matamoros.

El arquitecto Fernando Duarte, coordinador de Monumentos Históricos del Centro INAH Morelos, señaló que tal destrucción —en parte derivada de intervenciones modernas como la colocación de losas de concreto—, ha permitido, sin embargo, profundizar en el conocimiento del sistema constructivo de este ex convento.

San Pedro Apóstol tiene una cualidad única: tanto su cimentación como sus muros se soportan en acomodos de piedra irregular con cantos rodados (piedra de río de distintos volúmenes, sin trabajar), asentados mediante mortero con conglomerante inorgánico, arcilla y cal, que hacen referencia a una continuidad de técnicas de edificación prehispánica.

Hasta el momento se ha ejecutado la consolidación y reconstrucción en la fachada principal, campanario, muros, bóveda, arcos y fajón, así como la reconstrucción total en los muros del claustro. En lo relativo a los bienes muebles, cinco esculturas y diez pinturas fueron embaladas y puestas a resguardo. También se emprendió la conservación y restauración de cuatro retablos, y de la pintura mural. Otras tareas fueron el desalojo y recolocación de campanas, y la intervención de acabados arquitectónicos en fachada y lugares afectados.