Cámara de Diputados aprueba reformas en materia de control de la contaminación lumínica en la atmósfera

Deporte

El Pleno de la Cámara de Diputados aprobó, con 456 votos a favor, cero en contra y dos abstenciones, el dictamen a la minuta que reforma y adiciona la Ley General del Equilibrio Ecológico y la Protección al Ambiente, en materia de prevención, reducción y control de la contaminación lumínica en la atmósfera.

Con el documento, remitido al Ejecutivo federal para sus efectos constitucionales, se impulsa una política para la recuperación de la transparencia del cielo y la reducción del gasto en consumo de energía eléctrica para el suministro del servicio de alumbrado público, mediante el uso de luminarias adecuadas y, en consecuencia, reducir las emisiones de Gas Efecto Invernadero (GEI), causante del calentamiento global.

Además, se incorpora el concepto de luz intrusa como una forma de contaminación que la Ley General del Equilibrio Ecológico y la Protección al Ambiente busca prevenir y erradicar, ya que el uso de luminarias inapropiadas altera las condiciones de luminosidad en horas nocturnas, lo cual afecta las observaciones astronómicas, un consumo energético mayor, afectaciones a la salud humana y la vida de otros seres vivos.

Recuperar la transparencia del cielo

Al exponer el contenido del dictamen, la diputada Lorenia Iveth Valles Sampedro (Morena) precisó que el propósito de las reformas es poliédrico, ya que cumple con la comunidad científica, contribuye a mejorar aspectos fisiológicos de los seres vivos, impulsa una política adecuada para recuperar la transparencia del cielo, favorece el ahorro en el consumo de energía eléctrica de los municipios y promueve la reducción de las emisiones de gases de efecto invernadero causantes del calentamiento global.

Se incorporan los conceptos de contaminación lumínica y luz intrusa; adiciona competencias en materia ambiental de los distintos órdenes; considera la suscripción de convenios o acuerdos de coordinación de la Federación para que los gobiernos locales asuman facultades en materia ambiental, para la aplicación de las disposiciones relativas a la prevención y control de la contaminación por luz intrusa.

También, establece los objetivos perseguidos con la prevención, reducción y control de la contaminación lumínica en la atmósfera; se faculta a la Semarnat para controlar, reducir o evitar la contaminación de la atmósfera y se promueve que los gobiernos locales formulen la aplicación de programas para prevenir, reducir y controlar la contaminación lumínica.

Precisa la prohibición de emisiones de luz intrusa que rebasen los límites máximos establecidos en las normas oficiales; señala que éstas deberán establecer los procedimientos que permitan prevenir y controlar la contaminación por luz intrusa y el establecimiento de límites de emisión.

De igual modo, protege las condiciones ambientales del cielo limpio y oscuro para seguir avanzando en la observación astronómica libre de la contaminación lumínica que afecta las principales cadenas montañosas del norte del país y otras regiones igualmente importantes.

México a la vanguardia

La diputada Frida Alejandra Esparza Márquez (PRD) señaló que estas reformas pondrán a México a la vanguardia en la protección al medio ambiente contra algo que normalmente pasa desapercibido, principalmente, en las grandes, como es la contaminación lumínica.

Mencionó que según la ONU aproximadamente tres mil 300 millones de personas viven en zonas urbanas y en dos décadas más, la cifra aumentará a cinco mil millones; para entonces, más del 75 por ciento de la población mundial residirá en ciudades lo que aumentará los niveles de contaminación lumínica e impactará seriamente en el medio ambiente.

La principal causa de contaminación lumínica, añadió, es la actividad humana; el alumbrado público de las urbes, la iluminación mal gestionada y el exceso de iluminación en las ciudades reducen la visibilidad de los objetos cósmicos.

El efecto más preocupante, dijo, se presenta en el desarrollo de la observación astronómica, y el gasto de iluminación urbana resulta excesivo, ya que existen estimaciones que apuntan que hasta el 50 por ciento de la iluminación se utiliza en zonas no deseadas o innecesarias.