Bigger Than Us, o cuando la juventud se rebela

Cultura

La escritora francesa Flore Vasseur y la activista indonesia Melati Wijsen han recorrido el mundo durante siete meses al encuentro de jóvenes defensores del clima y la justicia social. Lo han hecho con una pregunta: ¿cuál es la fuerza que os impulsa?

¿Cómo nació Bigger Than Us?

Siempre me he interesado por quienes tratan de encontrar soluciones. He conocido a personas que denuncian esta situación e intenté darles protagonismo con el objetivo de despertar en la gente un deseo de hacer algo al respecto. Pero en nuestras sociedades persiste una especie de reticencia inherente a la idea de cambio. Quise mostrar aquello que puede impulsar a una persona a dejarlo todo y perseguir una idea más grande que sí misma, y revelar que este espíritu de resistencia se encuentra en lo más mágico de nosotros: la infancia.

¿Cómo surgió el trabajo con Melati Wijsen?

A partir de 2016 me di cuenta de que había una ola de jóvenes como ella alzándose sin que nadie se diera cuenta. Cuando la conocí, quedé impresionada. El cuerpo de esta joven hablaba con toda la sabiduría de Edward Snowden, pero veía cómo iba agotándose. Su energía estaba en peligro de asfixia por la inercia de los adultos. Por eso le sugerí la idea de reunirse con otros jóvenes activistas a fin de recuperar el ánimo para continuar.

¿Qué opina usted de esta generación?

Veo en ella una honestidad y una lucidez no muy comunes en los adultos. Estos jóvenes han nacido en la catástrofe que hemos creado. Han visto a sus padres en paro, el mar contaminado, abandono y saqueos. Todo eso explotó en su infancia; son capaces de entender cosas que nosotros no. Son la generación del clima pero su compromiso va mucho más allá. Saben que todo está relacionado.

Sus opiniones no llegan a aparecer en pantalla…

No quería situarme en la omnipotencia de la adulta que llega con su cámara. Deseaba darle a esta juventud la oportunidad de conectar. Mi objetivo era facilitar un marco en el que se pudiera conversar.

¿Cuál era su planteamiento original?

Se trataba de considerar que la cuestión medioambiental es el síntoma de un problema más amplio: una civilización fundada sobre desigualdades sociales. Y los jóvenes comprenden muy bien cuáles son estas desigualdades.

¿Cómo seleccionó a estos jóvenes activistas?

Lo cierto es que fue un trabajo inmenso. No buscaba palabras vacías de contenido ni que sus padres los dirigieran en el proceso; necesitaba mostrar cosas reales porque estábamos haciendo un documental. La mayoría de estos militantes llevan mucho tiempo en la batalla sin pedir nada a cambio. Lo que deseaba era mostrar que luchan desde el corazón.

¿Algo que decir sobre el rodaje?

Grabamos durante siete meses y terminamos con 300 horas de rush. Yo estaba obsesionada con encontrar la manera de ocasionar estos encuentros y captarlos en los rodajes. Y también vivimos momentos realmente conmovedores. Es una película que trata sobre la capacidad de conectar como humanos.

¿Tiene algún nuevo proyecto?

Aún no he tenido suficiente de esta juventud que se rebela. Sueño con una continuación. Nuestra labor más importante es transmitir a las generaciones futuras que esta lucha también es la suya, y que esta manera de vivir es formidable. No sé muy bien hacia dónde me llevará este camino, pero me fascina la idea de que sea más grande que yo.