Benjamin Haemhouts, de Bélgica, invitado a dirigir la Orquesta de Cámara de Bellas Artes

Cultura

Benjamin Haemhouts, director de orquesta y trombonista de origen belga, cuya manera dinámica de hacer música le ha valido el calificativo de “¡Energía de Bélgica!”, comentó entusiasmado que su próxima parada será la Ciudad de México, invitado por el Instituto Nacional de Bellas Artes y Literatura (INBAL) para participar como director huésped de la Orquesta de Cámara de Bellas Artes (OCBA).
El destacado músico nacido en 1972 en Bonheiden, Bélgica, considerado como uno de los músicos europeos más apasionados de la época, dirigirá a la agrupación para interpretar el programa 16 formado por las obras Sinfonía para cuerdas núm. 7 en re menor, de Félix Mendelsshon;Música para cuerdas, op.8, del compositor belga Mathias Coppens, y Sinfonía simple, de Benjamín Britten.
Las sesiones se llevarán a cabo los días jueves 13 de junio a las 20:00 horas en la Sala Manuel M. Ponce del Palacio de Bellas Artes y el domingo 16 a las 12:00 horas en el Auditorio Silvestre Revueltas del Conservatorio Nacional de Música, con entrada libre al público.
La primera vez que Benjamin Haemhouts se presentó en México fue en 2017 con la Orquesta Sinfónica de Guanajuato. Ahora, en su ansiado regreso a México, hará su debut con la Orquesta de Cámara de Bellas Artes que dirige el maestro José Luis Castillo.
Se trata de uno de los músicos belgas que más comentarios despierta en la escena musical europea, por su carácter decidido y pasión por la música. “No se trata de ser un instrumentista, un compositor o un director de orquesta. Se trata de cómo te sientes lo más cerca posible de la música”.
Después de una carrera como trombón solista en la Orquesta Sinfónica de Bamberg, Alemania, se centró en dirigir y estudiar dirección de orquesta con el ruso Alexander Polyanichko, de quien después fue asistente artístico.
A Benjamin Haemhouts se le reconoce por sus destacadas colaboraciones formativas con directores de primer nivel, como sir Simon Rattle, Valery Gergiev, Bernard Haitink, Herbert Blomstedt, Gustavo Dudamel, Giuseppe Sinopoli, Jonathan Nott y Esa-Pekka Salonen, quienes dejaron impresiones duraderas en él.
Desde que se convirtió en director principal de la Orquesta de Cámara de Bélgica-CASCO Phil en 2008, se ha labrado un nombre y un prestigio por sí mismo a través de programas innovadores en los que gusta combinar creaciones contemporáneas con el barroco y el clasicismo.
Las interpretaciones de Haemhouts se caracterizan por sus notables contrastes, articulación precisa y una manera dinámica de hacer música. Después de uno de sus primeros conciertos como director principal de la Orquesta de Cámara de Bélgica, la prensa de su país lo calificó como ¡Energía de Bélgica!”, eslogan que se ha convertido en su marca registrada y describe –dicen los especialistas—su ambición y pasión por la música.
Estas convicciones lo convierten, además, en un innovador que se acerca a los repertorios clásicos desde una perspectiva contemporánea. Para ello, constantemente busca nuevos compositores e intérpretes jóvenes, con un lenguaje musical totalmente propio, lo que le ha permitido acumular un gran repertorio nuevo y alrededor de 30 primeras actuaciones en los últimos años.
Ejemplo de ello son sus colaboraciones con orquestas juveniles, como la Junge Deutsche Philharmonie, la Orquesta Sinfónica del Conservatorio de Amberes y la Orchestre des Jeunesses Musicales. Como director invitado ha estado al frente de la Orquesta Nacional de Bélgica, la Filarmónica de Bruselas, la Orquesta Filarmónica de Chernivtsi, entre otras.
Sus actuaciones rápidamente se hicieron famosas por ser verdaderas experiencias dentro de la música, por lo que pronto recibió invitaciones para aparecer en países europeos, así como en Japón. Recientemente fue convocado a trabajar con varios conjuntos de música contemporánea de Bélgica, los Países Bajos y Alemania.
En Europa ha llamado poderosamente la atención su trabajo con la Orquesta de Cámara de Bélgica-CASCO Phil por su método operativo, el cual enfatiza a través de diversos proyectos, el compromiso social con los niños y jóvenes. Este enfoque parte de su convicción de que todos los niveles de la población deben tener acceso a la música y que una orquesta debe participar en la vida cotidiana de la sociedad a la que pertenece.