Analizarán especialistas la importancia de la museografía en el legado de Jorge Guadarrama

Cultura

El museógrafo es el encargado de materializar los proyectos y poner en diálogo tanto las piezas entre sí como con el público. Una de las personas que se ha destacado en este ámbito es el maestro Jorge Guadarrama, a quien se le reconocerá por sus aportaciones en la museografía nacional a través de un conversatorio, como parte del ciclo Trayectorias notables del arte en México.
La actividad, organizada por la Coordinación Nacional de Artes Visuales del Instituto Nacional de Bellas Artes y Literatura (INBAL), se llevará a cabo el 25 de julio, a las 19:00, en la Sala Manuel M. Ponce del Palacio de Bellas Artes. Participarán los especialistas Graciela de la Torre, Jaime Cuadriello y Alberto Castro Leñero, moderados por Mariana Munguía, coordinadora nacional de Artes Visuales.
“Calidad humana y compromiso profesional son las dos características que destacan el trabajo de Jorge Guadarrama en los museos. Tiene una amplia trayectoria en el mundo de los museos de arte y el montaje de piezas. Esta actividad será un homenaje para él y, al mismo tiempo, se reconoce la labor de la museografía en México”, comentó Ana Garduño, historiadora del arte y profesora de la maestría en Museología de la Escuela Nacional de Restauración del Instituto Nacional de Antropología e Historia.
El héroe desconocido en un museo es el museógrafo —dijo Garduño—, los nombres de los demás integrantes están en los documentos, las notas de prensa, pero el suyo no. No hay documento escrito para la posteridad que diga qué exposiciones hizo tal museógrafo, cuando ellos son el punto de aterrizaje de los proyectos curatoriales.
“Para mí es importante que el INBAL reconozca a otras personalidades, otros agentes culturales que interactúan en el museo y que no son las firmas tradicionales del artista, el director del museo o el curador, sino también ampliarlo al gestor cultural y a todos los involucrados que hacen posible que los proyectos lleguen a buen término”, mencionó.
Garduño explicó que “el curador y el artista imaginan proyectos, tienen ideas, maneras de presentar el arte, pero el museógrafo es el que cumple esa delicada función, por eso es importante su labor. En el caso de Jorge Guadarrama no sólo es esto, sus características son su calidad humana impresionante y una gran curiosidad que nunca se le ha terminado, siempre tiene grandes preguntas, grandes interrogantes, reflexiona muchísimo, siempre establece un diálogo creativo con todos.
“Una buena museografía puede enaltecer una obra que no sea tan destacada y una obra de primera puede quedar minimizada por una mala museografía que no le hace justicia, que no se toma la molestia de ser analizada o interpretada. Eso hace un museógrafo, es un intérprete de la obra”, afirmó.
Todo es un proceso artístico
La especialista dijo que los colores, la colocación de cuadros a cierta altura, la iluminación y todos los apoyos museográficos, como cédulas o tipo de letra, están de cierta manera porque alguien los planeó, los pensó, los ideó. Todo es un proceso artístico en el que se interpreta la voluntad del curador, del artista, el objetivo general y la vocación del museo.
“Todos en el mundo académico sabemos quién es quién, cuál es la marca registrada de cada uno de ellos, qué le gusta hacer a cada uno de ellos, cuánta madera utiliza, qué colores le gusta poner en las exposiciones o si es una intervención minimalista, como en el caso de Jorge Guadarrama”, comentó.
Explicó que el museógrafo es el último profesional en la sala antes de que se dé a conocer un proyecto, tiene una alta responsabilidad y hacer un trabajo efectivo de relaciones públicas. Congenia las ideas de curadores, artistas, funcionarios y coleccionistas. Él es el crisol donde llegan diferentes voluntades, personalidades, deseos, los conjuga y los va a materializar de acuerdo con sus conocimientos y saberes, pero también a los requerimientos del proyecto mismo.
“Todo eso es Jorge, él puede tranquilizarnos y hacer que las cosas salgan de la mejor manera gracias a su enorme calidad humana, a su humildad, él está lejos de la alabanza, de la palabra vana, tiene mucho respeto por su trabajo y por el de los demás, así es como lo vive y lo transmite”, concluyó Garduño.
Jorge Raúl Guadarrama Guevara nació en la Ciudad de México el 17 de marzo de 1939. Inició sus primeras aproximaciones al ámbito museológico con Emeterio Guadarrama Romero y el museógrafo Fernando Gamboa, quien lo incluyó en su equipo técnico para la exposición Obras maestras del arte mexicano.
Fue curador de la exposición Las calaveras olímpicas, presentada en el Museo Anahuacalli, con motivo de la celebración en México de las Olimpíadas de 1968. De 1960 a 2011 desempeñó diversos trabajos: asistente de museógrafo, museógrafo adjunto, museógrafo titular, comisario, curador, coordinador de proyectos de museos y exposiciones.
Trabajó en museos como el Anahuacalli, Frida Kahlo, Nacional del Virreinato, de Arte Prehispánico de México Rufino Tamayo, Arqueológico de Xochimilco, de Arte Moderno, de la Basílica de Guadalupe, de Arte Carrillo Gil, del Palacio de Bellas Artes y la Pinacoteca Virreinal, por mencionar solo algunos.
En el extranjero formó parte de los museos del Palacio de Exposiciones de Roma, del Condado de Los Ángeles, Nacional de La Habana, de Arte Contemporáneo en Caracas, Nacional de San José en Costa Rica, Palacio Viejo y Galería Orsanmichele en Italia, de Arte Contemporáneo en España y de Arte Moderno en Inglaterra, entre otros.