A los libros hay que festejarlos todos los días leyéndolos

Cultura

El 23 de abril fue el día elegido por la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura para rendir un homenaje mundial al libro y sus autores, a fin de alentar a todos, en particular a los más jóvenes, a descubrir el placer de la lectura y respetar la irreemplazable contribución de los creadores al progreso social y cultural.
Aunque la idea original para celebrar el Día del Libro fue hecha por el escritor español Vicente Clavel, fundador de la editorial Cervantes, en 1923, luego fue aprobada por el rey Alfonso XIII en 1926.
El escritor Juan Villoro, autor de libros como El testigo y El don de tu alma, entre muchos, considera que el hábito de la lectura no se puede imponer, no puede tratarse de una obligación. Más bien, agrega, “hay que entender que los libros no son sólo un objeto utilitario. Requiere de grandes intercesores que le hagan ver a la gente que la literatura no es solo la reserva de lo útil, sino que la literatura es una forma de felicidad”.
En ese sentido, Villoro considera que la lectura hay que contagiarla, no imponerla,
de ahí que sea importante que la persona que promueve la lectura también entienda que la lectura es una forma de felicidad.
“He leído sobre cuáles son los métodos más eficaces para crear lectores y casi todos coinciden en que la mayoría de los lectores recuerdan cuál fue su primer libro y la persona que se lo leyó”. Esto, agregó, “representa un vínculo emocional en el que la lectura se convierte en una forma de afecto y nos ayuda a crear comunidad”.
Villoro considera que el lector ideal sería alguien que nunca ha leído un libro por gusto y, por lo tanto, aún no ha llegado a la lectura, pero puede hacerlo. “La literatura se escribe en soledad y se lee casi siempre en soledad, pero la lectura permite el vínculo con los otros, con los demás”.
Y señala: “Quien no ha llegado al libro, no sabe que la lectura es un placer que puede acompañarlo para siempre. Creo que ese lector que de pronto abre un libro cruza un umbral y descubre que lo que consideraba una obligación se convierte de manera hechizante en un gozo, en una dicha”.
Por su parte, el poeta Rogelio Guedea celebra que se enfatice este día porque hace 403 años murieron Miguel de Cervantes, William Shakespeare e Inca Garcilaso de la Vega, escritores fundamentales de la literatura universal.
“Es un día muy emblemático, ya que recuerda a estos tres autores y se le da un lugar al libro en un país en el que necesitamos muchos más lectores. Es vital que la estrategia de distribución, venta y promoción de la lectura se incremente”, refiere Guedea en entrevista.
“Sin duda, el eje de la cultura y de las artes saca a los países y a las sociedades del barbarismo. También me parece importante que este día esté relacionado con los derechos de autor, y esto es algo que los propios escritores agradecemos porque en este momento queremos que se respete nuestra propiedad intelectual y que los gobiernos hagan esfuerzos para que los beneficios que recibimos se sigan conservando.
“Creo que mucho más allá de promover al libro de manera comercial, lo que se debe hacer es promover la lectura dentro de la misma educación, es decir como una currícula de nuestro sistema educativo”.
Guedea, quien ha sido nombrado académico correspondiente en el estado de Colima de la Academia Mexicana de la Lengua, señala que en México se organizan cada año numerosos festivales de lectura y encuentros de escritores, entre otras actividades.
Sin embargo, observa, “no hay un programa interno de hábito de la lectura como existe en otros países. Yo, por ejemplo, viví 11 años en Nueva Zelanda y mis hijos durante su formación primaria leyeron 250 libros. Para mí, la lectura debería ser una materia más como química, matemáticas, inglés o español”.
Asimismo, encomia que el Fondo de Cultura Económica venda algunos de sus títulos en menos de 50 pesos, lo cual llamará la atención del lector y de los curiosos.
“Encontrar libros baratos es una buena idea de fomentar la lectura, pero el libro no debe perder su buena calidad y factura. A muchos, un libro económico nos hizo formarnos como lectores”.
“Ojalá que cada 23 de abril el libro, de cualquier tema, empiece a tener una relación mucho más cercana con niñas, niños, jóvenes y adultos. A los libros hay que festejarlos todos los días leyéndolos”, agregó el poeta Rogelio Guedea.