“1er. Premio IMPI a la Invención Mexicana: un reconocimiento a la innovación”

Finanzas

A fin de promover la cultura de la protección e incentivar el trabajo de inventoras e inventores del país, el IMPI lanzó la convocatoria del “1er. Premio IMPI a la Invención Mexicana”.

En un evento llevado a cabo totalmente de manera remota en línea, Juan Lozano, Director General del IMPI, dio a conocer los nombres de los ganadores.  Destacó que particularmente en este momento coyuntural es inspirador que las creadoras y los creadores mexicanos sean reconocidos para que continúen generando nuevas tecnologías e invenciones que impulsen el desarrollo del país, en beneficio de la sociedad.

Este premio se realizó con motivo de las celebraciones del Día Mundial de la Propiedad Intelectual que la Organización Mundial de la Propiedad Intelectual denominó este año: “Innovación para un futuro verde”.  Por ese motivo, el “1er. Premio a la Invención Mexicana” incluyó categorías para “Patente”, “Modelo de utilidad”, “Diseño industrial” y de manera especial, “Tecnología verde”.

El IMPI premió con un incentivo económico de 50 mil pesos a las inventoras e inventores ganadores:

·         En la categoría “Patente”, se reconoció a un grupo de 23 inventores encabezado por Julio Alberto Mendoza Mendoza, por su invención: “Vehículo transformable entre helicóptero y aerobrazo o viceversa, basado en multirotores o turbinas”. Esta invención tiene una utilidad significativa, pues trata de un brazo manipulador robótico volador multitransformable a diversos tipos de helicópteros y aeronaves con aplicaciones para la construcción o reparación de equipos de difícil acceso debido a la altura como para la toma de muestras en zonas de riesgo y rescate, pruebas para métodos de vuelo tridimensional, plataforma de prueba para algoritmos computacionales y de inteligencia artificial y también puede servir para el diseño de humanoides voladores, entre otras. Esta tecnología puede ser extensible a medios acuáticos y espaciales y ofrece ventajas por diseño y estructura que permiten un mejor uso de las fuentes de alimentación a bajo costo, y también es competencia internacional con desarrollo de Estados Unidos, la Unión Europea, Japón y Corea del Sur.

·         En la categoría “Modelo de utilidad”, el premio fue para Alejandro Valdés Martínez, Andrea Morales Cisneros y Martín Cecilio Ovando Hernández por su invención: “Boya para seguimiento en tiempo real de condiciones medioambientales de estanques acuícolas”. Es un dispositivo que se desplaza de manera autónoma en los estanques que se utilizan en las granjas acuíferas. La boya cuenta con sensores que permiten conocer varios aspectos que son fundamentales para medir las condiciones del agua, como son el PH, el oxígeno o el grado de salinidad. A diferencia de otros dispositivos, esta boya se desplaza por todo el estanque, lo que permite tener un control más amplio de las condiciones del agua. Los resultados son enviados mediante una app móvil a los productores, los cuales pueden prevenir los riesgos a su cosecha. Su uso ha sido principalmente para granjas de peces, como la tilapia, ostiones y camarón.

·         En la categoría “Diseño industrial” el reconocimiento fue para Ismael Ríos Rentería y José Guadalupe Gandarilla Rodríguez por su “Destilador solar para el tratamiento de aguas grises”. Este diseño industrial busca ofrecer una solución al problema del acceso al agua. Los creadores diseñaron un mecanismo que permite, a partir del uso de la energía solar y de materiales reciclados, condensar el agua gris y obtener agua para el riego agrícola y de áreas verdes. El diseño utiliza paneles o celdas solares para acelerar el ciclo hidrológico. Este diseño especialmente para riego puede satisfacer las necesidades en viviendas, escuelas y pequeñas industrias.

·         En la categoría “Tecnología verde”, fue premiada Sandra Pascoe Ortiz, por su invención de “Mezcla y proceso para elaborar un material plástico biodegradable”.  Esta creación permite que, a partir de jugo de nopal, sábila u otras suculentas, mezclado con aditivos, se desarrolle un producto plástico que vuelva a la naturaleza en cuestión de semanas o meses, a diferencia de los plásticos tradicionales, que tardan hasta cientos de años en biodegradarse.  El impacto de esta invención es significativo, pues se puede usar en cubiertos desechables, recubrimientos para platos de cartón, manteles desechables individuales o en bolsas y empaques secos, entre otros productos.

El IMPI convocó que se inscribieran a este primer premio a personas inventoras de nacionalidad mexicana tanto independientes como pertenecientes a instituciones de educación media superior y superior públicas y privadas, de centros de investigación y de Mipymes, que hubieran sido notificados del resultado satisfactorio del examen de forma de su solicitud y que su solicitud hubiera sido publicada en Tu Gaceta o que tuvieran un título otorgado en 2020.  La convocatoria estuvo abierta del 28 de febrero al 17 de marzo de 2020.  Si bien originalmente se había planeado limitar la convocatoria a 50 proyectos, debido a la alta demanda, se aceptaron más de 120.